REVISTA N° 9 | AÑO 2011 / 1
Resumen
Narcisismo y objetalida.
Desde un vínculo indiferenciado hacia un vínculo intersubjetivo
Los vínculos indiferenciados frenan los procesos de simbolización y de transmisión inconsciente bloqueando la autonomía del sujeto. En cambio un vínculo intersubjetivo diferenciado religa al sujeto al otro posibilitando tomar en cuenta las diferencias de opinión que pueden introducir la conflictualidad
El trabajo de reconocimiento de “el otro que yo” tendrá influencia en la percepción del otro en sí mismo. Podemos observar este mecanismo en los vínculos indiferenciados y incestuales presentes en la psicosis y la perversión.
En la formación de un vínculo intersubjetivo tal como Alberto Eiguer lo describe en su libre Jamás yo sin tu sobre el reconocimiento de la diferencia, las 4 R de Respeto, Reconocimiento, Responsabilidad y Reciprocidad, constituyen la base del vínculo. La idea de una teoría del vínculo intersubjetivo permite localizar los pasajes y los derivados posibles de las relaciones de objeto antes de ligarse al otro.
Palabras clave: diferenciación, “el otro que yo”, anti-narcisismo, anti-objetalidad.
Résumé
Narcissisme et objectalit.
Parcours d’un lien indifférencié vers un lien Intersubjectif
Les liens indifférenciés freinent les processus de symbolisation et de transmission inconscients tout en bloquant l’autonomie du sujet. Un lien intersubjectif différencié par contre, relie le sujet et l’autre en tenant compte des différences d’opinions qui peuvent introduire de la conflictualité.
Le travail de reconnaissance de “l’autre que soi″ aura une influence sur la perception de l’autre en soi. Nous pouvons repérer ce mécanisme dans les liens indifférenciés et incestuels présents dans la psychose et la perversion.
Dans la formation d’un lien intersubjectif tel qu’Alberto Eiguer le décrit dans son livre Jamais moi sans toi sur la reconnaissance de la différence, les 4 R du Respect, de la Reconnaissance, Responsabilité et Réciprocité, constituent la base de ce lien. L’idée d’une théorie du lien intersubjectif permet justement de repérer les passages et les dérives possibles des relations d’objets avant de se relier à l’autre.
Mots-clé: différentiation, “l’autre que soi″, anti-narcissisme, anti- objectalité.
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Summary
Narcissism and objectification.
Course of an undifferentiated bond towards An intersubjective bond
The undifferentiated bonds slow down the processes of symbolization and transmission while blocking the autonomy of the subject. A differentiated intersubjective bond on the other hand, connects the subject and the other by taking account of the differences in opinions which can introduce conflictuality. This work of realization of “the other that oneself” will influence the perception of the other in oneself. We can recognise this mechanism in the undifferentiated bonds and incestuous present in the psychosis and perversion.In the construction of an intersubjective bond such as Alberto Eiguer describes it in his book Never me without you on the recognition of the difference, the 4 R (Respect, Recognition, Responsibility, Reciprocity) constitute the foundation of this bond. The idea of a theory of the intersubjective bond precisely makes it possible to locate the passages and the possible drifts of the object-relationships before being connected to the other.
Keywords: differentiation, “then other that onself”, anti-narcissism, anti-objectification.
ARTÍCULO
Narcisismo y objetalidad.
Desde un vínculo indiferenciado hacia un vínculo intersubjetivo
MARTINE VERMEYLEN[1]
En nuestra clínica con parejas y familias, nos interesa estudiar la diferencia entre un vínculo diferenciado y uno no diferenciado, tal como ellos se presentan en las patologías.
Los vínculos indiferenciados frenan los procesos de simbolización y de transmisión, bloqueando la autonomía del sujeto. Estos vínculos encierran al otro en relaciones objetales que encadenan al sujeto a los otros por medio de proyecciones e introyecciones conscientes e inconscientes.
Un vínculo intersubjetivo diferenciado, por el contrario, liga al sujeto y al otro teniendo en cuenta las diferencias de opinión que pueden introducir la conflictualidad.
Anzieu (1985) ha hablado de diferenciación de piel y Racamier (1995) de diferenciación de seres.
No es acaso a partir de esta diferenciación que el sujeto puede entrever al otro no como un objeto deseado o rechazado, sino como un sujeto deseante parecido y/o diferente?
Podemos hablar de un vínculo o de una formación de vínculo desde la infancia, cuando al principio el niño está en una indiferenciación entre lo interior y lo exterior?
Un vínculo fusional es ciertamente ya un vínculo en una relación con el objeto que él deberá acomodar teniendo en cuenta sus pulsiones. El resultado de este trabajo casi terapéutico es que el sujeto tomará consciencia de su propia puesta libidinal en los objetos y de los frenos ineluctables que deberá transformar.
Este trabajo va sin duda a transformar la relación con el objeto en provecho de la emergencia de un vínculo diferenciado con el otro. Esta acción tiene una consecuencia sobre la transformación y la aprehensión de otra realidad.
Este trabajo de reconocimiento de «Lo otro que soy» tendrá influencia sobre la percepción de lo otro, en lo que soy.
El concepto de envidia según Melanie Klein y la diferencia introducida entre la relación de objeto realmente bueno y el objeto imaginariamente bueno ha sido retomado por D. Winnicott (1971). Este último ha desarrollado la necesidad de un objeto realmente bueno y no carenciado, para que se desarrolle el sentimiento de continuidad existencial del sujeto. Lo transicional no sería una etapa obligada en la construcción de un vínculo diferenciado?
Si la madre no fuera «suficientemente buena» y no permitiera la necesidad de ilusión de capacidad de su hijo, él tendría dificultad e incapacidad “de alterización”, es decir de reconocimiento del otro en tanto diferente de sí con sus consecuencias sobre el nacimiento psíquico del sujeto.
Las consecuencias serían que ese sujeto no pueda sobrevivir a la prueba de realidad y de desilusión inherente.
La otra consecuencia sería que la madre no dejara jamás de confundirse con su hijo y que ella no pueda salir de la ilusión grupal y dual. Nosotros podemos notar este mecanismo en los vínculos indiferenciados de las psicosis y de la perversión.
Nosotros comprendemos la identificación proyectiva como un proceso que le permite al sujeto tomar como propio lo que encuentra atractivo del otro y que al no poderlo interiorizar, lo proyecta sobre el otro en un cerrado círculo imaginario.
Nos quedamos en una relación de objeto de envidia hasta que la identificación con el otro pueda permitir una diferenciación.
El sujeto ahora puede construirse haciendo una distinción entre “el yo ideal”, es decir lo que él piensa que es, y el “ideal del yo”, eso que él desea ser, y finalmente “el Superyo”, es decir la relación con un tercero representante de lo social.
En la formación de un vínculo intersubjetivo, tal como Alberto Eiguer (2008) lo describe en su libro “Jamais moi sans toi”, destaca la importancia del reconocimiento de la diferencia, las 4 R (Respeto – Reconocimiento – Responsabilidad – Reciprocidad) que constituyen la base de este vínculo.
Cada uno de estos componentes, se podría integrar cada vez que la relación pase por el objeto en su faz constitutiva, antes de religarse con el otro.
Un cuadro de doble entrada no nos permitiría acaso distinguir lo que hay en cada instancia o tópica? Ejemplo: un hombre ha dado prueba de su respeto por su mujer y recíprocamente, pero su relación teñida del pasado familiar de cada uno está impregnada de una violencia que los desborda a uno y al otro. La relación de objeto para uno u el otro pasa por la destructividad antes de poderse transformar en vínculo intersubjetivo.
Antes de llegar al reconocimiento, la relación de objeto puede pasar por la denegación o la descalificación, en la cual el otro es confrontado en su existencia como ser separado y diferente. Lo mismo sucede con la responsabilidad en un vínculo, un sujeto tiene desde un principio necesidad de pasar por la culpabilidad para constituir un Superyo capaz de integrar la parte que le corresponde respecto de la libertad del otro, antes de poder constituir un vínculo de responsabilidad interpersonal.
Finalmente para llegar a un sentimiento de reciprocidad, la relación de objeto pasa primero por la envidia antes de poder integrar la gratitud. M. Klein (1957) había ya pensado a la gratitud como una forma de contra-don que permite la constitución de un vínculo intersubjetivo. La idea de una teoría del vínculo intersubjetivo permite justamente señalar los pasajes y las derivaciones posibles de las relaciones de objeto antes de ligarse al otro.
Estas relaciones con el objeto tienen en cuenta la teoría frudiana de las pulsiones de ligazón y de desligación, e implican la presencia de una tensión constante entre el narcisismo y las relaciones de objeto.
Si el sujeto inviste al otro como objeto para hacer «su propia unidad», participa en su construcción narcisista como sujeto antes de poder ligarse a este otro sujeto. Durante esta fase infantil, el otro no puede más que ser instrumentalizado de forma insoportable.
No es acaso justamente el rol del psicoanálisis el de proponer un trabajo sobre las relaciones de objeto para llegar a la subjetivación? Lacan distinguía al pequeño otro como objeto de pulsión del Gran Otro, y aquel (A) podía ser constantemente destronado por el pequeño objeto a, lo que muestra bien la diferencia que él hacía entre los dos estados para el sujeto.
El concepto de una pulsión «anti-narcisista» de Pasche ¿corresponde también a esta tensión que vuelve al sujeto capaz de investir al objeto de forma desinteresada y capaz de una verdadera ligazón constructiva, igualmente para él mismo?
Según este autor, habría una doble presión hacia el otro en función de dos instancias o tópicas: por una parte la falta de sí (narcisismo) y por otra parte la falta del otro (objetalidad anti-narcisista).
La herencia Freudiana ¿nos parece a veces pesada de asumir cuando él no tiene en cuenta al objeto tanto en el narcisismo primario preobjetal como en el narcisismo secundario llamado post-objetal? Si la pulsión no es sino narcisista o anti-narcisista, que hay allí del amor auténtico y oblativo sino una forma sublime a sublimar? Kohut (1974) ha propuesto una noción interesante cuando él habla de “energía de ligazón o de desligazón” según la modificación que ella viene a producir (ligazón o desligazón) y del lugar donde ella tiende a producir esta modificación (para el sujeto o para el objeto).
Por ejemplo, la energía de ligazón del sujeto – donde el narcisismo apunta a reforzar al sujeto – se vale del objeto como medio, mientras que la energía de ligazón del objeto (objetalidad) intenta reforzar al objeto con la ayuda del sujeto como medio para lograrlo. Este sistema funciona tanto en el sentido de la energía de desligazón del sujeto (anti-narcisismo) y del objeto (anti-objetalidad) para deconstruir un sistema y reforzar el otro, según las necesidades. El hecho que exista un sistema superior al ser humano, es decir la especie humana, ¿no permite al sujeto ser capaz de una pulsión hacia el otro para organizar y fortalecer la homeostasis de ese sistema, o en caso contrario, de desorganizarse para re-equilibrar la homeostasis del sistema en el cual vive?
No veo aquí de forma metapsicológica y sistémica, más que a un sujeto que no se basta a sí mismo y todo no es solamente narcisismo (o anti narcisismo). El sujeto tiene necesidad del objeto como medio de sobrevivir en esta pulsión objetal y para un objetivo exterior a él mismo.
¿Podemos imaginar que los vínculos intersubjetivos se construyen con la ayuda de estos conceptos de anti-narcisismo o de anti-objetalidad con el objetivo de superarlos en una energía de desligazón?
Como Racamier (1995) lo proponía, ¿no se podría avizorar la tercera instancia psíquica o tercera tópica como aquella del vínculo intersubjetivo?
Es innegable que falta en estos autores, tanto Pasche (1969) como Kohut (1974), tomar en cuenta al vínculo como siendo lo que liga al sujeto con el otro de forma intersubjetiva.
Si consideramos que las tres instancias psíquicas (sujeto, objeto y vínculo) son autónomas como sistemas en sí, tendremos sin duda cuestiones respecto a los sistemas suficientemente ligados o suficientemente desligados como para permitir una transformación. En la clínica psicoanalítica de la pareja y la familia, observamos estos vínculos indiferenciados que no autorizan al sujeto a venir a consultar por sí mismos.
Estamos por tanto atentos a proponer entrevistas familiares o conyugales antes de construir un vínculo terapéutico de sujeto a sujeto con las 4 R como base ética de un vínculo intersubjetivo.
Revisión de la traducción del francés al castellano realizado por Irma Morosini
Bibliografía
Anzieu D. (1985), Le moi peau, Paris, Dunod.
Eiguer A. (2008), Jamais moi sans toi, Paris, Dunod.
Klein M. (1957), Envie et gratitude, Paris, Gallimard, 1968.
Kohut H. (1974), Le soi, psychanalyse des transferts narcissiques, Paris, PUF.
Pasche F. (1969), A partir de Freud, Paris, Payot.
Racamier P.C. (1995), L’inceste et l’incestuel, Les éditons du Collège.
Winnicott D.W. (1971), Jeu et réalité, Paris, Gallimard.
[1] Psychologue, psychanalyste, thérapeute enfants-couples-familles. martinevermeylen@live.be