REVISTA N° 10 | AÑO 2011 / 2

Tiempos y filiaciones a la adolescencia en terapia familiar psicoanalítica

Idioma: Español
SECCIONES: ARTÍCULOS

Tiempos y filiaciones a la adolescencia en terapia familiar psicoanalítica

La búsqueda de auto-afirmación en la adolescencia quiebra la autoridad parental. Esta crisis familiar pone en peligro el vínculo de alianza parental y la herida narcisista de los padres se desplaza frecuentemente sobre la alianza conyugal, sobre todo, cuando la pareja porta las heridas de los ancestros.

El tiempo de la familia adolescente condensa las tres dimensiones en un presente que intenta cortarse del pasado. Por otro lado el debilitamiento actual de los proyectos identificatorios, sobre un futuro incierto, acrecienta la incertidumbre y crea una confusión entre poder y autoridad. La necesidad de ruptura de las nuevas generaciones pone una distancia entre la filiación corporal, la filiación familiar y la filiación cultural, reactualizando un fantasma de destrucción y de muerte en la familia adolescente.

Palabras claves: Familia adolescente, temporalidad, filiaciones, futuro


Temps et filiations à l’adolescence dans la thérapie psychanalytique de famille

La recherche de l’auto-affirmation à l’adolescence brise l’autorité parentale. Cette crise familiale met en péril le lien d’alliance parentale, et la blessure narcissique de parents se déplace fréquemment sur l’alliance conjugale, surtout quand le couple porte des blessures des ancêtres.

Le temps de la famille adolescente condense les trois dimensions dans un présent qui tente de se couper du passé. Par ailleurs, l’affaiblissement des projets identificatoires sur un futur incertain accroît les incertitudes et crée une confusion entre pouvoir et autorité. La nécessité de rupture des nouvelles générations met un écart entre la filiation corporelle, la filiation familiale et la filiation culturelle ce qui réactualise un fantasme de destruction et de mort dans la famille adolescente.

Mots-clés : Famille adolescente, temporalité, filiations, futur


Times and filiations in adolescence in a psychoanalytic family therapy 

The search for self-assertion during adolescence breaks up the parental authority. This family crisis endangers the parental alliance link and the nacicist wound of the parents often displaces to the conjugal alliance, especially when the couple carries the wounds of the ancestors.

The time of the adolescent family condences the three dimentions in a present that tries to cut itself from the past. On the other hand, the weakening of the identifying projects

over an uncertain future increases uncertainty and creates a confusion between power and authority. The need for rupture of the new generations places a gap between the bodily filiation, the family filiation and the cultural filiation, which updates a phantasm of destruction and death in the adolescent family.

Keywords: Adolescent family, temporality, filiations, future


ARTÍCULO

Tiempos y filiaciones a la adolescencia en terapia familiar psicoanalitica[1] 

ROSA JAITIN

La separación de los adolescentes de su familia plantea un problema en la temporalidad porque introduce prioritariamente la dimensión del futuro como perspectiva de refundación. La temporalidad será entonces el hilo conductor de mi reflexión sobre la familia adolescente en su acceso o a los espacios plenos o vacíos de la filiación.

La cuestión de la temporalidad en Terapia Familiar Psicoanalítica ha sido trabajada en Argentina por I. Berenstein y en Francia por A. Eiguer. Retomaré la cuestión a partir del ritmo de intercambio entre los diferentes miembros de la familia a nivel inter y transgeneracional en sus diferentes dimensiones de filiación; el vínculo de pareja, el vínculo filial y el vínculo fraternal.

El acuerdo o desacuerdo rítmico en la familia va a estar marcado por una forma primitiva y particular de la relación que yo llamo proto-ritmo, como una forma arcaica de transmisión. Esta frecuencia temporal o rítmica afecta los continentes del pensamiento.

Veremos a partir de una situación clínica que la articulación en los ritmos de intercambio entre los diferentes eslabones de las cadenas generacionales, en la familia nuclear, la familia ampliada y en su relación con el medio social y cultural, caracterizan las formas de  relación entre las generaciones. Estas formas de intercambio ponen en escena las líneas de fallas en los vínculos de filiación, que se ven  afectados de manera activa cuando los hijos se hallan en un período de desprendimiento. En particular, la adolescencia de los hijos produce una confusión entre la pareja parental y la pareja conyugal, porque rompe el contrato narcisístico entre las generaciones. Es decir que moviliza le temporalidad en la dimensión de la duración, afectando la transmisión.

¿De qué manera la temporalidad es vivida y representada por el grupo familiar en la adolescencia?

La llegada a la adolescencia de los hijos va a movilizar un montante pulsional provocando una crisis no solamente en la relación entre hijos y padres, sino de la pareja misma y en la fratría frente a la emergencia de la sexualidad genital.

Las tres dimensiones de la temporalidad familiar (presente, pasado y futuro) van a ser condensadas y la confusión temporal va provocar una confusión generacional. Así la pareja parental deshonrada de su función va a entablar reproches proyectivos sobre el conyugue, poniendo en cuestión la dimensión conyugal. La lucha por la subjetivación de los hijos va ser desplazada y clivada, sobre la pareja. No son entonces los hijos los que deben separarse de los padres, sino la pareja.

El tiempo para los hijos en la adolescencia ha de ser condensado en un presente dominado por un fantasma de auto-engendramiento que caracteriza la vivencia temporal de los jóvenes en sus familias.

Esta necesidad de ruptura con el origen, revela un fantasma de autofundación que podía ser contenido más fácilmente en el pasado.

Hoy los jóvenes se confrontan a un grupo parental que tiene dificultad en sostener un proyecto identificatorio que ayudaría a contener la experiencia adolescente, ya que la dimensión temporal de futuro aparece menos segura, menos predictible, lo que hace que los  padres no puedan proponer un modelo alternativo que pueda colmar la problemática de este período vital, prolongado en la post modernidad.

Lo impensable del futuro hace referencia a una condensación en el presente y lo instantáneo pasa entonces a ser el eje dominante.

Los cambios tecnológicos han introducido una brecha generacional importante, porque el presente está sobre dimensionado y el pasado  es despreciado. El dominio tecnológico de los jóvenes crea la ilusión de un poder sobre los padres. Esta vivencia provoca una confusión entre el poder y la autoridad reforzando la ilusión del sujeto adolescente como auto-instituido.

La crisis temporal de la autoridad parental en la adolescencia sería en principio una crisis de la temporalidad. La inscripción del actuar en su dimensión temporal conduciría a pensar que el futuro ejerce una autoridad.

La fuente de la autoridad seria entonces la autoafirmación de la razón y una autofundación de sí mismo. El proyecto fundador de las nuevas generaciones necesariamente es un proyecto de ruptura, que introduce el pacto entre los iguales y la vergüenza de los orígenes. La generación de los padres es vivida como fuera de la moda, fuera de una evolución temporal.

La filiación cultural estaría confrontada y clivada de la filiación familiar lo que plantearía la cuestión del acceso a la dimensión simbólica en la familia de adolescentes. La búsqueda de un saber sobre sí, tiene como condición la posibilidad de un saber sobre el futuro en relación a un renunciamiento a la certitud: el complejo de castración, la posición generacional y la pertenencia cultural son los vectores de acceso al sistema simbólico.

La función simbólica como medio de identificación y en una prospección temporal hacia el futuro, da acceso a una historicidad distanciada en la familia adolescente. Los vínculos de filiación se quiebran y el grupo familiar no se reconoce en su unidad corporal sino que se percibe como un cuerpo fragmentado lo que reactualiza las angustias de muerte.

Veamos entonces en la clínica cómo las heridas de la filiación son reactivadas particularmente en las familias de adolescentes, como una tentativa de elaboración del sufrimiento.

Caso Clínico

Se trata de una familia en la que los padres están en los cuarenta años; son profesionales que se conocen durante sus estudios superiores. El padre inviste mucho su carrera mientras que la madre  deja su profesión y se reconvierte en maestra jardinera.

Vienen en principio por una consulta de pareja. Después de las dos entrevistas habituales de consulta, llegamos a la conclusión que dos entrevistas familiares se vuelven necesarias para afinar la etapa diagnóstica. Tres varones de  dieciséis, once y siete años, ponen en escena en la casa del abuelo paterno, un episodio de desborde en ausencia de los padres, desencadenando un sentimiento de rechazo masivo del abuelo y un sentimiento de fracaso de la función parental.

El hijo mayor, plantea serios problemas en el colegio (consumo de drogas y maltrato de los profesores) al punto de ser expulsado de varios establecimientos. El hijo del medio, que había sido siempre un alumno brillante y excepcional en música, va a ser admitido en un colegio especializado. Este cambio moviliza actos de violencia desmesurada hacia sus compañeros.

Subrayo que la adolescencia de los hijos va a provocar en estos padres un collage identificatorio, es decir una reactualización en la pareja de sus propias vivencias como hijos de padres separados.  Los dos son hijos menores de fratrías de tres.

El abuelo paterno parte junto con la niñera, veinte años más joven,

cuando el padre tiene cinco años. Lo que produce un desmembramiento familiar, pues la madre (ama de casa) debe salir a trabajar y esto será el comienzo de una serie de traumatismos; en particular la hermana mayor tiene un accidente que la discapacita.

Por otro lado el abuelo materno abandona el hogar cuando la mamá tenía diecisiete años, aunque tuvo siempre una vida amorosa paralela.

En las entrevistas familiares, en contraposición a la representación parental de hijos excitados, me encuentro con niños con una posibilidad potencial de juego, en el cual el encuadre es respetado, salvo por el hijo mayor que generalmente viene solo y con retraso.. El hijo del medio tiene buenas capacidades de asociación verbal; el pequeño juega y dibuja; mientras que el mayor re repliega sobre él mismo.

La indicación de terapia familiar es planteada.

EL comienzo de la terapia está centrada sobre el hijo mayor que continua con sus pasajes al acto: drogas, violencias, robo de dinero a los padres… y expulsión a un nuevo establecimiento escolar. La decisión de ubicarlo en un colegio como pupilo se plantea. El deporte se vuelve el único espacio donde se siente reconocido llegando a pasar pruebas de competición pero cae enfermo, como si no soportara el éxito.

Durante las vacaciones sus padres lo denuncian a la policía cuando descubren en su cuarto, en un cajón con doble fondo, una gran cantidad de hashich. En el colegio un compañero le « ofrece »  un móvil que pone en evidencia la posesión de dinero dudoso.

A los largo de las sesiones, el hijo del medio se deprime frente a la tentativa de suicidio de un compañero, pero al mismo tiempo, agrede a puñetazos a otro chico, rompiéndole dos dientes.

En una sesión, la llegada con retraso de los padres permite a los hijos mayores expresar la vivencia de autoritarismo parental, mientras juegan con sus móviles.

Esta terapia está marcada por diferentes movimientos temporales:

– El primero pone en evidencia una colusión temporal nacimientomuerte

La muerte de la bisabuela materna reactualiza antiguos conflictos porque revela el desacuerdo de los bisabuelos acerca del casamiento de los abuelos maternos y también otros desacuerdos más recientes de la madre con sus hermanos. La ruptura se desplaza sobre la fratría. Así durante el velatorio, la rigidez de su hermano respecto del horario de dormir de los hijos impide a los primos, aprovechar las raras ocasiones de jugar juntos. Surge en la sesión que la madre rompió la relación con su hermana con la cual estuvo muy ligada.

El día del entierro de la bisabuela, coincide con el cumpleaños del segundo hijo. Se produce una colusión nacimiento-muerte, portado por este niño, que se queja de no haber tenido un cumpleaños alegre.

Relatan entonces que la bisabuela materna fue una pionera femenina en su profesión y que el bisabuelo tuvo una brillante carrera militar. Ella agrega: «mi abuela fue una de las primeras abogadas »… ¿Es que el éxito profesional del ancestro entra en conflicto con la función parental? ¿La reconversión profesional de la madre, después de graduarse en una gran escuela, estaría en relación con esta  situación? ¿El hecho que su padre ataque su maternidad reactualiza una antigua herida que pone en peligro el vínculo de pareja y que determina la consulta inicial?

Durante la sesión, la madre va a transformar su tristeza en enojo contra sus hijos, que los siente « malos y violentos en sus gestos ». Se siente traicionada por el hijo mayor que roba su tarjeta de crédito al padre para comprar música. El fantasma de robo y de violencia es seguido una defensa frente al traumatismo de pérdida.

– Un segundo eje concierne a la dimensión de lo instantáneo dado por la presencia de teléfonos móviles que permiten estar aquí y allá al mismo tiempo, borrando la discontinuidad temporal. La dimensión instantánea que domina el tiempo de los adolescentes en la familia,  pone en escena la ruptura entre la filiación familiar y cultural; el teléfono móvil constituye un obstáculo, pero al mismo tiempo la vivencia del instante permite separar el  tiempo de los otros de nosotros mismos, porque el pasado es cortado del presente. Es como si en la sesión coexistieran dos presentes.  ¿Estos presentes estarían ligados a las vidas paralelas del ancestro?

Estos elementos nos permiten observar cómo los organizadores temporales familiares dan cuenta de la posibilidad en los vínculos de filiación, de las articulaciones y las desarticulaciones de las cadenas generacionales, que van a reactualizarse durante la terapia. Si para vivir « es necesario traicionar los fantasmas », como decía Pichon Rivière, el mundo ilusorio de un vínculo ininterrumpido permitiría tolerar la angustia de vacío que atraviesan estos adolescentes.

Dos universos filiativos, el de la filiación cultural y el de la filiación familiar se ven trastocados y los desacuerdos rítmicos van a provocar un choque en los continentes del pensamiento del cuerpo familiar.

Las formas de la temporalidad transforman el pensamiento que comienza con una identidad de percepción en el proceso alucinatorio soldando el tiempo al espacio. Este tiempo cerrado de la sensación, es un tiempo proto-rítmico de la memoria corporal. El avance de un tiempo lineal hacia un tiempo circular, en los vínculos de filiación, va a permitir la bifurcación hacia un tiempo interior y un tiempo exterior a la familia, que instauran la bi-direccionalidad.

La falla de la para-excitación rítmica parental va a generar un obstáculo a la mentalización. El proceso de la terapia familiar va a permitir la diferenciación primitiva de la estructura de la relación; y la apertura hacia un tiempo oscilatorio de deseo y de satisfacción, de presencia y de ausencia.

El vínculo de filiación se despega y se transforma por una temporalidad oscilatoria que introduce la diferenciación entre la identificación introyectiva y proyectiva. Solamente cuando el cuerpo familiar se conserva y que el tiempo deviene destino, tiempo  previsible o imprevisible, la estructura de relación fantasmática de la familia llega a transformarse.

Esta forma temporal que incluye el futuro, como probable o impredecible, crea las condiciones para la mentalización. Sin embargo, el placer sería la condición preliminar para la construcción de una matriz rítmica de acordajes (accordage) porque el pensamiento es en principio un tiempo de placer diferido.

Los vínculos de filiación corporal, el esquema corporal de cada uno y del grupo familiar se contienen al mismo tiempo : es la dimensión temporal que transforma el esquema corporal en imagen tetra dimensional, en donde el tiempo se despliega en su duración, retomando a Bachelard (1950). La « intuición del instante », iguala el presente y lo real; el sujeto toma entonces conciencia del carácter discontinuo de la realidad.

El futuro da acceso simbólico e inscribe al sujeto en la diferenciación generacional, sexual y cultural.

Es entonces que la trans-temporalidad, legitima un nuevo proyecto fundador de grupo.

El reconocimiento de la pertenencia al grupo familiar y cultural hará emerger la lucha por el poder, que puede devenir en substituto fálico, denegación de la castración y de la finitud. Se instaura así una confusión entre el poder y la autoridad. Es solamente cuando la duración se inscribe en la trans-temporalidad que el sujeto se sitúa en la paradoja entre la ruptura y la herencia.

Como lo señalé anteriormente esta resolución es posible si se establecen previamente los acordajes (accordages) rítmicos en el sujeto, su cuerpo, su familia y su cultura. Estos lo sitúan en un linaje, como pasador legitimo de un proyecto fundador.

La autoridad se inscribirá entonces en una cultura aportada por la institución. El tiempo sería el modelo de la institución, por su capacidad de estructurar un mundo que pre-existe y sobrevive a cada generación.

Para retomar la expresión de M. Revault d’Allones, « el tiempo no es una sucesión sino un campo ». Hablaremos entonces de « transtemporalidad, que designa la posibilidad del acontecimiento inaugural de dar lugar a una refundación. La trans-temporalidad seria un modo de encadenamiento que liga acontecimientos y generaciones. La trans-temporalidad provoca una herida incurable en la medida en que la pérdida reaparece en una cronología temporal transgeneracional de repetición o en el mejor de los casos de transformación del sufrimiento.

Los acontecimientos del pasado son reinterpretados, reactivados y transformados en el presente para continuar elaborando las heridas de la filiación. En este sentido « comenzar, es comenzar de continuar. Pero continuar, es continuar de comenzar » (M. Revault d’Allones, 2006).

En lo que concierne a la temporalidad familiar, el grupo de terapia familiar psicoanalítica, reactualiza formas de acordaje y desacordaje que inscriben la temporalidad en un presente que va abrir las puertas hacia una diferenciación transgeneracional. Un nuevo proyecto identificatorio permitirá sobrepasar las herencias alienantes.   

 


Bibliografía

AULAGNIER P. 1975. La Violence de l’interprétation du pictogramme à l’énoncé, Paris, PUF.

BACHELARD G. 1950. La dialectique de la durée, Paris, PUF, 1972, VIII.

BERENSTEIN I. 1986. Estructura Familiar Inconsciente, Ampliaciones hacia la Psicopatología, Revista de Psicología y Psicoterapia de Grupo, Buenos Aires, Tomo IX, 1, 127-145.

BERENSTEIN I. 1986. Estructura Familiar Inconsciente, Ampliaciones hacia la Psicopatología, Revista de Psicología y Psicoterapia de Grupo, Buenos Aires, Tomo IX, 1, 127-145.

BURLOUX G. 1980. La filiation et le temps le “chrone”, in Mort, Naissance et filiation, (Études des Psychopathologie sur le lien de filiation), Paris, Masson.

EIGUER A. 1986.  Un divan pour la famille (Du modèle groupal à la thérapie familiale psychanalytique), Paris, Le Centurion, 25-41, 175187.

JAITIN R. 2010 C. La transmission de la temporalité familiale, in Le groupe, l’affect et le temps, sous la direction de Claudine Vacheret, Paris, L’Harmattan.

MELTZER D. 1975. La dimensionnalité comme paramètre du fonctionnement mental : sa relation à l’organisation narcissique, in Explorations dans le monde de l’autisme, Paris, Payot, 225-233, 1980.

PICHON RIVIERE E. 1977. ”Prólogo”, in Fontana A. El tiempo y los grupos, Buenos Aires, Vancu, p.12.

REVAULT D’ALLONNES M. 2006. Le pouvoir des commencements.

Essai sur l’autorité, Paris, Le Seuil, 264, 267.


[1] Presentado en el XIX CONGRESO LATINOAMERICANO FLAPAG: El Psicoanálisis vincular de Latinoamérica : Lo singular lo múltiple, Buenos Aires, 2011

Revista Internacional de Psicoanálisis de Familia y Pareja

AIPPF

ISSN 2105-1038