REVISTA N° 15 | AÑO 2016 / 2
Introducción al número
«HOMENAJE A ANDRÉ RUFFIOT»
CHRISTIANE JOUBERT, ELISABETH DARCHIS
André Ruffiot, gran innovador en la clínica psicoanalítica, es uno de los fundadores de la terapia familiar psicoanalítica. Introdujo un nuevo paradigma: psicoanalizar a la familia y permitió que la Terapia Familiar Psicoanalítica se convirtiera en lo que es hoy en día.
En este número de la revista de la AIPCF, volveremos a ver los conceptos de André Ruffiot, su teoría y su trabajo, para observar los conceptos fundamentales que siguen siendo ineludibles en nuestras prácticas; veremos de esta manera las evoluciones de este pensamiento rico y abierto. Intentaremos comprender la contribución fundadora de André Ruffiot al desarrollo de la terapia familiar psicoanalítica actual y las adaptaciones, las ramificaciones, las profundizaciones que han hecho sus sucesores.
El aparato psíquico familiar
André Ruffiot produjo la hipótesis de un “aparato psíquico familiar” (APF) a la manera del “aparato psíquico grupal” o APG de René Kaës (1976). El APF (1979) es la matriz de todo el aparato psíquico grupal. El APG asegura la mediación, el intercambio y la elaboración entre los sujetos y el grupo. El APF es el aparato psíquico grupal primario. André Ruffiot muestra la relación entre el APF y el aparato psíquico primitivo del recién nacido o la psique primaria.
André Ruffiot ha seguido la idea de ciertos autores que han explorado la psique primaria, la idea de la existencia de una psique pura antes de su anclaje corporal. La psique pura es una realidad psíquica, un sentimiento vivido, sabiendo que la psíquica tiene siempre un sustrato somático, neurofisiológico. Winnicott, Tausk y Federn han descrito, en efecto, la pre existencia, apenas comienza la vida, de un yo sin fronteras corporales, un yo borroso cuya delimitación se hará por la habitación progresiva del cuerpo (Winnicott, 1969), por la incorporación gradual de la psique (Federn, 1952).
De esta psique primaria mal delimitada, mal individualizada (vivencia primitiva que persistirá en cada uno en estado de represión primaria), André Ruffiot muestra que quedará un aspecto de apertura hacia el otro y hacia el grupo. Para Bleger, se trata de un depósito del yo no yo en la madre y en la familia. Para Bion, este tipo particular de comunicación pasa por la función alfa, capacidad de soñación materna.
Siguiendo a Jean Guillaumin, que resalta la aptitud del sueño como mediador, como zona privilegiada del encuentro interpersonal a nivel inconsciente, como lugar primordial de la comunicación inconsciente, André Ruffiot hablará de “holding onírico familiar” y más tarde René Kaës desarrollará la “polifonía del sueño”. “On est tissus avant d’être issu” (“Somos sujeto entretejido antes de emerger como sujeto”), dirá André Ruffiot. Este yo psique primario puede ser considerado como un psiquismo abierto sobre los otros. El yo psique, como psique puro, es por esencia grupal, colectivo.
El aparato psíquico familiar es un aparato hecho de psique pura. Su funcionamiento es de tipo onírico. Es el encuadre indiferenciado, el yo no yo que permite a cada miembro, en una evolución normal, que realice una integración somato-psíquica, que se estructure en un yo individual diferenciado, a partir de un auto erotismo suficientemente desarrollado. Es el resultado de la fusión de yos psíquicos primarios individuales.
La TFP, encuadre psicoanalítico para una terapia detipo familiar
André Ruffiot propuso igualmente un encuadre psicoanalítico para escuchar el sufrimiento familiar: una terapia tipo familiar, nuevo paradigma en la psicología contemporánea, con reglas como:
- la regla de presencia bi (o multi) generacional simultánea: las sesiones se desarrollan con la familia reunida;
- la regla de asociación libre en familia y con respecto a la familia;
- la regla de abstinencia, impuesta a los pacientes, con su corolario para los terapeutas que renuncian a dar consejos.
Así André Ruffiot ha abierto la vía para trabajar con nuevos dispositivos de terapia, para psicoanalizar a una familia, incluso dentro de las instituciones, con la idea de escuchar el sufrimiento de las familias dentro de la trama asociativa grupal de la familia. Todos los miembros de la familia están reunidos, en un “neogrupo” dirá Evelyn Granjon, y en lo que Janine Puget nombrará “los efectos de la presencia”, insistiendo en el encuentro aquí y ahora en cada sesión. La indicación surge después de las entrevistas preliminares y concierne a las familias que sufren de una disfunción del aparato psíquico grupal. André Ruffiot se centrará en la eficacia de la terapia familiar psicoanalítica con respecto “al terreno psicótico y psicosomático”.
El holding onírico familiar y el intercambio de sueños
André Ruffiot ha mostrado la importancia del “holding onírico familiar”, proponiendo la utilización del sueño como modo de comunicación y de intercambio, en un crisol grupal familiar en interfantasmalización; también se ha apoyado en los trabajos de Didier Anzieu (1976). André Ruffiot (1981) define la sustancia del holding onírico como “el consenso inconsciente del grupo familiar para producir lo onírico y para mezclar las producciones oníricas de cada uno”. André Ruffiot se apoyó en el trabajo de Guillaumin (1979) para preguntarse: ¿Quién sueña en la psique del recién nacido? ¿La madre o el niño? ¿O acaso se trata de un sueño mutual, recíproco, común? El sueño será una mediación entre los conscientes, zona privilegiada de encuentro interpersonal a nivel inconsciente. André Ruffiot (1981) se interroga entonces sobre quién piensa, quién sueña y dónde se sueña en un grupo y, en particular, en un grupo familiar en terapia. Llega a pensar que el onirismo familiar, lugar de fusión de psiques individuales, constituye el eje central del proceso de la terapia familiar psicoanalítica, que permite entonces que las vivencias inefables se vuelvan a experimentar. La reactualización de situaciones holding (Winnicott, 1954; 1969) se escenifica en la representación fantasmática parental y fraternal. Así, el holding onírico jugará un rol escencial para la maduración de Yo individuales, en la matriz psíquica originaria constituida por el sueño maternal, paternal e infantil. Ruffiot propone la utilización del sueño como modo de comunicación y de intercambio, en un crisol grupal familiar en interfantasmatización.
El “holding onírico familiar” activo en la terapia familiar, es el resultado de un proceso regresivo a nivel arcaico, proceso por el cual la psique de uno de los miembros de la familia “se derrama sin obstáculo en la psique de los otros”. El pictograma (Castoriadis Aulagnier, 1975), primera inscripción somática-psíquica del original será así según André Ruffiot (1983) una especie “de escritura de espejo ilegible sin el espejo familiar”. El holding onírico familiar permitirá entonces la inscripción del pictograma en la psique individual, otorgando sentido, base de representaciones, a las vivencias inefables del sujeto.
André Ruffiot habla de una “mythopoïèse (mitopoética) grupal inconsciente”, que se elabora en el seno del encuadre analítico, alrededor de los fantasmas originarios. Trabajará también las transferencias difractadas en terapia familiar y sobre todo la transferencia matriz, grupal, regresiva, así como los mecanismos de defensa familiar.
André Ruffiot habla igualmente de la mythopoïèse grupal inconsciente que se elabora en el seno del encuadre analítico, alrededor de los fantasmas originarios y del sueño que transita. Sugiere el sueño como un mensaje y como una reparación traumática. El trabajo de AugoyardPeeters (1989) confirman estas proposiciones ilustrando la función de comunicación del sueño. Según este autor, los sueños en psicoterapia familiar psicoanalítica, son mensajes enviados los unos a los otros y que no pueden formularse de otra manera. Hacen referencia generalmente a los traumatismos infantiles cargados de afecto de abandono y de violencia, permiten la reactualización, luego van creando un deseo de reparación y un placer de reencuentro. “Esos mensajes oníricos establecen así una comunicación particular, que lleva hacia los orígenes de la familia, ahí donde las huellas no han podido hasta entonces encontrar formulaciones comunes y compartibles” (Kaës, 2002).
Continuando los trabajos de André Ruffiot, René Kaës (La polifonía del sueño, 2002) sostiene que si en la tradición psicoanalítica freudiana el sueño es una producción propia e íntima del que sueña y cumple funciones estrictamente intrapsíquicas, testimonia también de la organización dinámica, tópica y económica del aparato psíquico individual. Expresa, al mismo tiempo, la organización y el funcionamiento del espacio intersubjetivo. La noción de polifonía del sueño, (que viene de la polifonía del discurso de Bakhtine) aclara la configuración del grupo en el sueño. El autor supone que el sueño se elabora en el punto de encuentro de varias fuentes, de varias emociones, de pensamientos varios y de varios discursos. Esto evidencia la extraterritorialidad del sueño.
El sueño como mensaje trasferencial, dice Kaës (2002) indica que hay un destinatario y entonces el anuncio de una polifonía, notablemente cuando los sueños se responden. Ferenczi en 1913 ya se preguntaba a quién contamos nuestros sueños. Y respondía: “Los psicoanalistas saben desde hace mucho tiempo que nos sentimos inconscientemente presionados a contar nuestros sueños a la persona a la cual el contenido latente concierne”.
René Kaës (2002) propone una envoltura onírica común y compartida como contenedora del sueño. Las figuraciones del contenedor onírico de los “espacios contenedores son los representante grupales del cuerpo y de la psique maternal, del vientre y del ombligo de donde soñamos”. Así el sueño será la matriz primaria del vínculo.
El espacio onírico común y compartido como espaciotransicional
En continuación a los trabajos de Pontalis (1972) y Khan (1972) que habían sostenido la idea de que el sueño podía ser considerado como un objeto transicional, Kaës (2002) apunta que el sueño adquiere un valor transicional en el espacio interno y en el espacio intersubjetivo al mismo tiempo. Pone en evidencia “las funciones de andamiaje y de holding onírico, de mensaje, de elaboración y de restauración de las funciones psíquicas del Yo y del Preconsciente”.
Ha propuesto una lectura de esos elementos comunes del espacio onírico compartido que son los sueños paciente-analista. Según él, están relacionados con momentos de despersonificación pasajera y de hiper condensaciones de colusión entre paciente y analista. A menudo son la marca de un espacio de transición que indica al analista lo que los pacientes necesitan en ese momento del proceso. Evelyn Granjon (1983) insistió en la articulación entre el sueño y la transferencia: “Los sueños y los relatos de los sueños son vectores de los fantasmas inconscientes contenidos en la mitología familiar, evolucionan en relación con la transferencia sobre los terapeutas, sobre el encuadre de la terapia familiar y sobre el grupo familia”. Actualmente, numerosos investigadores continúan capitalizando su obra, como su hija Marine Ruffiot que explora, entre otras cuestiones, la noción de preconsciente meta primario (concepto que había sido propuesto por André Ruffiot al final de su obra).
Muchos otros conceptos
Además de la “psique pura” del Aparato Psíquico Familiar (el cuerpo es individual, la psique grupal); André Ruffiot teorizó sobre el imago de los padres combinados, fijado y mortífero en el seno de la familia, continuando el trabajo de Melanie Klein sobre ese tema. Mostró que el imago de los padres combinados (del lado de Thanatos) es anti y ante escena primitiva (ella está del lado de Eros).
André Ruffiot propuso el concepto de fantasma de muerte colectivo, (1983) en las familias con grandes sufrimientos, apoyándose en el trabajo de Bergeret (1981), alrededor de la violencia fundamental. Nombró “el deseo inconsciente de muerte colectiva”, deseo cuya presencia señala la imposibilidad de volver a crear vivencias de simbiosis positivas de otra forma que muriendo juntos para encontrar la paz. Esos fantasmas de muerte colectiva y de defensas contra esos fantasmas por medio del sacrificio de uno de los miembros, muerte o suicidio, traducen la incapacidad de la familia para mentalizar la cuestión de la pérdida, (la pérdida de un hijo por ejemplo en una generación). Laurence Knera que ha trabajado con André Ruffiot especialmente en este tema, ha ilustrado esos fantasmas en su artículo Las Bodas negras del abandono (1998). Lo que ha producido un eco en el trabajo de Caillot y Decherf (1989) con respecto a la posición narcisista paradoxal y de su célebre frase: “Vivir juntos nos mata, separarnos es mortal”.
La transmisión psíquica en el análisis familiar, la biculturalidad, formaron parte igualmente del trabajo de André Ruffiot. A partir de 1989 se interesará a las “familias frente al sida” y a la “educación sexual en tiempos de sida”. Publicará artículos sobre este tema, abriendo la vía a una reflexión socio-ética. Con respecto a la terapia psicoanalítica de pareja y en colaboración con Jean Georges Lemaire en Francia, André Ruffiot se va a apoyar en la teoría del original Piera Castoriadis Aulagnier (1975). Muestra que en la pareja se trata de “incluir dos cuerpos en una psique única” y según él, “la pareja es una multitud de a dos”. El considera la crisis de pareja como una crisis de desamor (Ruffiot, 1987). André Ruffiot nos ha quitado en 2010, a los 83 años. Seguirá siendo uno de los más grandes fundadores y pioneros en las teorizaciones de la psicología familiar. Gracias a él, la terapia familiar psicoanalista ha podido definir su campo específico, que se diferencia de los otros. Y como dijo Alberto Eiguer (2011): “El transmitirá una fe y una pasión que han permitido que la TFP se convierta en lo que es hoy en día: dinámica, apta para encontrar nuevas aplicaciones suscitando investigaciones audaces, mundialmente reconocida y aplicada”. André Ruffiot (19272010) es el autor de numerosas obras y artículos que siguen siendo grandes referencias en la actualidad.
Bibliografía de André Ruffiot
Ruffiot A. (1979a), Thérapie psychanalytique de la famille. L’appareil psychique familial, thèse de doctorat de troisième cycle en psychologie, Université des sciences sociales de Grenoble.
Ruffiot A. (1979b), La thérapie familiale analytique: technique et théorie, Perspectives psychiatriques, 2, 71: 121-143.
Ruffiot A. (1980a), Technique analytique du traitement du groupe familial et ses applications en thérapie conjugale, Dialogue, 1: 3-22.
Ruffiot A. (1980b), Ventre maternel et fantasmes primaires, Génitif, 2, 6: 318.
Ruffiot A. (1980c), Fonction mythopoïétique de la famille. Mythe, fantasme, délire et leur genèse, Dialogue, 70: 3-19.
Ruffiot A. (1980d), Deux modèles en thérapie familiale: la conception systémique “interactionnelle” et la conception psychanalytique “groupaliste”, Génitif: 13-22.
Ruffiot A. (1981a), Appareil psychique familial et appareil psychique individuel. Hypothèse pour une onto-éco-genèse, Dialogue, 72: 3143.
Ruffiot A. (1981b), Le pouvoir absolu : l’imago des parents combinés ou l’anti-scène primitive, Dialogue, 73: 71-83.
Ruffiot A. (1981c), Le groupe-famille en analyse. L’appareil psychique familial, in Ruffiot A. et al., La Thérapie Familiale Psychanalytique, Paris, Dunod.
Ruffiot A. et al. (1981d), La thérapie familiale psychanalytique, Paris, Dunod, Coll. Inconscient et Culture.
Ruffiot A. (1982a), La thérapie familiale. Pourquoi? Pour qui?, Dialogue, 75: 7-15.
Ruffiot A. (1982b), Le holding onirique familial. La conception batesonienne du rêve. La fonction onirique en thérapie familiale psychanalytique, Génitif, 4, 1: 25-43.
Ruffiot A., Aubertel F. (1982c), Les mécanismes de défense familiaux, Dialogue, 75: 16-27.
Ruffiot A. (1983a), La thérapie familiale psychanalytique: un traitement efficace du terrain psychotique, Bulletin de psychologie, XXXVI, 360: 678-683.
Ruffiot A. (1983b), La thérapie familiale psychanalytique ou la réinscription du vécu originaire, Bulletin de psychologie, XXXVII, 363: 15-19.
Ruffiot A. (1983c), La thérapie familiale psychanalytique et ses développements, thèse pour le doctorat d’État ès-Lettres et Sciences humaines, Université de Grenoble II.
Ruffiot A. (1984), Le couple et l’amour: de l’originaire au groupal, in Eiguer et al., La thérapie psychanalytique du couple, Paris, Dunod.
Ruffiot A. (1985a), De la pensée opératoire au mythe familial, Dialogue, 88: 79-83.
Ruffiot A. (1985b), L’écoute psychanalytique et groupale, Gruppo, 1: 19-21.
Ruffiot A. (1985c), Originaire et imaginaire. Le souhait de mort collective en thérapie familiale psychanalytique, Gruppo, 1: 69-85.
Ruffiot A. (1985d), Freud et le problème de l’objet, Revue française de psychanalyse, 49, 2: 577-595.
Ruffiot A., Aubertel F. (1985e), La thérapie familiale en tant qu’organisateur de la conception de soin, Confrontations psychiatriques, 26: 95-112.
Ruffiot A. (1986a), La thérapie familiale psychanalytique ou la famille comme espace diagnostique et thérapeutique, Le journal des psychologues, 40: 30-37.
Ruffiot A. (1986 b), Pour un consensus autour d’une cure-type familiale, Gruppo, 2: 29-44.
Ruffiot A., Aubertel F. (1986c), La thérapie familiale psychanalytique en tant qu’organisateur de la conception de soin, Confrontations psychiatriques, 26: 1871-1872.
Ruffiot A. (1987a), La thérapie conjugale avec les enfants ou Je suis divorcé de mon papa, Dialogue, 95: 30-37.
Ruffiot A. (1987b), La passion du désamour, Dialogue, 96: 60-66.
Ruffiot A. (sous la direction de), (1987c), Psychologie du sida, approches psychanalytiques, psychosomatiques et socio-éthiques, Bruxelles, Mardaga.
Ruffiot A. (1988a), La théorie classique de la psychose et ses impasses, une perspective de compréhension groupale, Gruppo, 4: 87-113.
Ruffiot A., Patriarca G. (1988b), De l’illusion culturelle à l’individuation biculturelle en Thérapie Familiale Psychanalytique, in Yahyaoui A. et al., Troubles du langage et de la filiation chez le maghrébin de la deuxième génération, Grenoble, Édition La Pensée Sauvage.
Ruffiot A. (1989a), Mythe familial, Gruppo, 5: 149-153.
Ruffiot A. (1989b), Régression-rematuration en thérapie familiale psychanalytique, Psy-cli, Laboratoire de psychologie clinique et pathologique, Université des sciences sociales-Grenoble, 2: 37-49.
Ruffiot A., Ciavaldini A. (1989c), Le transfert matriciel et la censure thérapeutique primaire, Gruppo, 5: 75-84.
Ruffiot A., Knera L. (1989d), La famille éclatée-recomposée en thérapie familiale psychanalytique, Le journal des psychologues, 70: 28-30.
Ruffiot A. (1990), Holding onirique familial, Gruppo, 6: 118-121.
Ruffiot A. (1991a), Famille cherche scène primitive…tolérable, Gruppo, 7: 99-114.
Ruffiot A., Peeters M.-F. (1991b), Interfantasmatisation, Gruppo, 6: 142-147.
Ruffiot A. (1992), Régression – rematuration en thérapie familiale psychanalytique, in Bleandonu G., Filiations et Affiliations, Meyzieu, Césura Lyon Édition, coll. Psychologique, Groupes et Institutions.
Decherf G., Ruffiot A. (1996), Fonction alpha et fonction oméga, in Actes du colloque: On trompe un enfant, SFTFP et STFPIF, Paris.
Ruffiot A., Knera L. (1998a), Angustias de abandono en familia: deseo y odio de la différencia, (Angoisses d’abandon en famille: désir et haine de la différence), in Tramas, perspectiva psicoanalítica vincular, tomo IV, 4, Montevideo, Uruguay, agosto 1998, 17-28.
Ruffiot A., Knera L. (1998b), Naissance du Je; L’abandonnisme familial; et autres articles, in Doron R., Parot F. (sous la direction de), Dictionnaire de Psychologie, Paris, PUF.
Ruffiot A. (2000), (avec Blanchard Anne-Marie, Zuili Nadine, Decherf Gérard), Merci à Didier Anzieu, Le divan familial, 4: 156.
Introducción al número
«HOMENAJE A ANDRÉ RUFFIOT»
CHRISTIANE JOUBERT, ELISABETH DARCHIS
André Ruffiot, gran innovador en la clínica psicoanalítica, es uno de los fundadores de la terapia familiar psicoanalítica. Introdujo un nuevo paradigma: psicoanalizar a la familia y permitió que la Terapia Familiar Psicoanalítica se convirtiera en lo que es hoy en día.
En este número de la revista de la AIPCF, volveremos a ver los conceptos de André Ruffiot, su teoría y su trabajo, para observar los conceptos fundamentales que siguen siendo ineludibles en nuestras prácticas; veremos de esta manera las evoluciones de este pensamiento rico y abierto. Intentaremos comprender la contribución fundadora de André Ruffiot al desarrollo de la terapia familiar psicoanalítica actual y las adaptaciones, las ramificaciones, las profundizaciones que han hecho sus sucesores.
El aparato psíquico familiar
André Ruffiot produjo la hipótesis de un “aparato psíquico familiar” (APF) a la manera del “aparato psíquico grupal” o APG de René Kaës (1976). El APF (1979) es la matriz de todo el aparato psíquico grupal. El APG asegura la mediación, el intercambio y la elaboración entre los sujetos y el grupo. El APF es el aparato psíquico grupal primario. André Ruffiot muestra la relación entre el APF y el aparato psíquico primitivo del recién nacido o la psique primaria.
André Ruffiot ha seguido la idea de ciertos autores que han explorado la psique primaria, la idea de la existencia de una psique pura antes de su anclaje corporal. La psique pura es una realidad psíquica, un sentimiento vivido, sabiendo que la psíquica tiene siempre un sustrato somático, neurofisiológico. Winnicott, Tausk y Federn han descrito, en efecto, la pre existencia, apenas comienza la vida, de un yo sin fronteras corporales, un yo borroso cuya delimitación se hará por la habitación progresiva del cuerpo (Winnicott, 1969), por la incorporación gradual de la psique (Federn, 1952).
De esta psique primaria mal delimitada, mal individualizada (vivencia primitiva que persistirá en cada uno en estado de represión primaria), André Ruffiot muestra que quedará un aspecto de apertura hacia el otro y hacia el grupo. Para Bleger, se trata de un depósito del yo no yo en la madre y en la familia. Para Bion, este tipo particular de comunicación pasa por la función alfa, capacidad de soñación materna.
Siguiendo a Jean Guillaumin, que resalta la aptitud del sueño como mediador, como zona privilegiada del encuentro interpersonal a nivel inconsciente, como lugar primordial de la comunicación inconsciente, André Ruffiot hablará de “holding onírico familiar” y más tarde René Kaës desarrollará la “polifonía del sueño”. “On est tissus avant d’être issu” (“Somos sujeto entretejido antes de emerger como sujeto”), dirá André Ruffiot. Este yo psique primario puede ser considerado como un psiquismo abierto sobre los otros. El yo psique, como psique puro, es por esencia grupal, colectivo.
El aparato psíquico familiar es un aparato hecho de psique pura. Su funcionamiento es de tipo onírico. Es el encuadre indiferenciado, el yo no yo que permite a cada miembro, en una evolución normal, que realice una integración somato-psíquica, que se estructure en un yo individual diferenciado, a partir de un auto erotismo suficientemente desarrollado. Es el resultado de la fusión de yos psíquicos primarios individuales.
La TFP, encuadre psicoanalítico para una terapia detipo familiar
André Ruffiot propuso igualmente un encuadre psicoanalítico para escuchar el sufrimiento familiar: una terapia tipo familiar, nuevo paradigma en la psicología contemporánea, con reglas como:
- la regla de presencia bi (o multi) generacional simultánea: las sesiones se desarrollan con la familia reunida;
- la regla de asociación libre en familia y con respecto a la familia;
- la regla de abstinencia, impuesta a los pacientes, con su corolario para los terapeutas que renuncian a dar consejos.
Así André Ruffiot ha abierto la vía para trabajar con nuevos dispositivos de terapia, para psicoanalizar a una familia, incluso dentro de las instituciones, con la idea de escuchar el sufrimiento de las familias dentro de la trama asociativa grupal de la familia. Todos los miembros de la familia están reunidos, en un “neogrupo” dirá Evelyn Granjon, y en lo que Janine Puget nombrará “los efectos de la presencia”, insistiendo en el encuentro aquí y ahora en cada sesión. La indicación surge después de las entrevistas preliminares y concierne a las familias que sufren de una disfunción del aparato psíquico grupal. André Ruffiot se centrará en la eficacia de la terapia familiar psicoanalítica con respecto “al terreno psicótico y psicosomático”.
El holding onírico familiar y el intercambio de sueños
André Ruffiot ha mostrado la importancia del “holding onírico familiar”, proponiendo la utilización del sueño como modo de comunicación y de intercambio, en un crisol grupal familiar en interfantasmalización; también se ha apoyado en los trabajos de Didier Anzieu (1976). André Ruffiot (1981) define la sustancia del holding onírico como “el consenso inconsciente del grupo familiar para producir lo onírico y para mezclar las producciones oníricas de cada uno”. André Ruffiot se apoyó en el trabajo de Guillaumin (1979) para preguntarse: ¿Quién sueña en la psique del recién nacido? ¿La madre o el niño? ¿O acaso se trata de un sueño mutual, recíproco, común? El sueño será una mediación entre los conscientes, zona privilegiada de encuentro interpersonal a nivel inconsciente. André Ruffiot (1981) se interroga entonces sobre quién piensa, quién sueña y dónde se sueña en un grupo y, en particular, en un grupo familiar en terapia. Llega a pensar que el onirismo familiar, lugar de fusión de psiques individuales, constituye el eje central del proceso de la terapia familiar psicoanalítica, que permite entonces que las vivencias inefables se vuelvan a experimentar. La reactualización de situaciones holding (Winnicott, 1954; 1969) se escenifica en la representación fantasmática parental y fraternal. Así, el holding onírico jugará un rol escencial para la maduración de Yo individuales, en la matriz psíquica originaria constituida por el sueño maternal, paternal e infantil. Ruffiot propone la utilización del sueño como modo de comunicación y de intercambio, en un crisol grupal familiar en interfantasmatización.
El “holding onírico familiar” activo en la terapia familiar, es el resultado de un proceso regresivo a nivel arcaico, proceso por el cual la psique de uno de los miembros de la familia “se derrama sin obstáculo en la psique de los otros”. El pictograma (Castoriadis Aulagnier, 1975), primera inscripción somática-psíquica del original será así según André Ruffiot (1983) una especie “de escritura de espejo ilegible sin el espejo familiar”. El holding onírico familiar permitirá entonces la inscripción del pictograma en la psique individual, otorgando sentido, base de representaciones, a las vivencias inefables del sujeto.
André Ruffiot habla de una “mythopoïèse (mitopoética) grupal inconsciente”, que se elabora en el seno del encuadre analítico, alrededor de los fantasmas originarios. Trabajará también las transferencias difractadas en terapia familiar y sobre todo la transferencia matriz, grupal, regresiva, así como los mecanismos de defensa familiar.
André Ruffiot habla igualmente de la mythopoïèse grupal inconsciente que se elabora en el seno del encuadre analítico, alrededor de los fantasmas originarios y del sueño que transita. Sugiere el sueño como un mensaje y como una reparación traumática. El trabajo de AugoyardPeeters (1989) confirman estas proposiciones ilustrando la función de comunicación del sueño. Según este autor, los sueños en psicoterapia familiar psicoanalítica, son mensajes enviados los unos a los otros y que no pueden formularse de otra manera. Hacen referencia generalmente a los traumatismos infantiles cargados de afecto de abandono y de violencia, permiten la reactualización, luego van creando un deseo de reparación y un placer de reencuentro. “Esos mensajes oníricos establecen así una comunicación particular, que lleva hacia los orígenes de la familia, ahí donde las huellas no han podido hasta entonces encontrar formulaciones comunes y compartibles” (Kaës, 2002).
Continuando los trabajos de André Ruffiot, René Kaës (La polifonía del sueño, 2002) sostiene que si en la tradición psicoanalítica freudiana el sueño es una producción propia e íntima del que sueña y cumple funciones estrictamente intrapsíquicas, testimonia también de la organización dinámica, tópica y económica del aparato psíquico individual. Expresa, al mismo tiempo, la organización y el funcionamiento del espacio intersubjetivo. La noción de polifonía del sueño, (que viene de la polifonía del discurso de Bakhtine) aclara la configuración del grupo en el sueño. El autor supone que el sueño se elabora en el punto de encuentro de varias fuentes, de varias emociones, de pensamientos varios y de varios discursos. Esto evidencia la extraterritorialidad del sueño.
El sueño como mensaje trasferencial, dice Kaës (2002) indica que hay un destinatario y entonces el anuncio de una polifonía, notablemente cuando los sueños se responden. Ferenczi en 1913 ya se preguntaba a quién contamos nuestros sueños. Y respondía: “Los psicoanalistas saben desde hace mucho tiempo que nos sentimos inconscientemente presionados a contar nuestros sueños a la persona a la cual el contenido latente concierne”.
René Kaës (2002) propone una envoltura onírica común y compartida como contenedora del sueño. Las figuraciones del contenedor onírico de los “espacios contenedores son los representante grupales del cuerpo y de la psique maternal, del vientre y del ombligo de donde soñamos”. Así el sueño será la matriz primaria del vínculo.
El espacio onírico común y compartido como espaciotransicional
En continuación a los trabajos de Pontalis (1972) y Khan (1972) que habían sostenido la idea de que el sueño podía ser considerado como un objeto transicional, Kaës (2002) apunta que el sueño adquiere un valor transicional en el espacio interno y en el espacio intersubjetivo al mismo tiempo. Pone en evidencia “las funciones de andamiaje y de holding onírico, de mensaje, de elaboración y de restauración de las funciones psíquicas del Yo y del Preconsciente”.
Ha propuesto una lectura de esos elementos comunes del espacio onírico compartido que son los sueños paciente-analista. Según él, están relacionados con momentos de despersonificación pasajera y de hiper condensaciones de colusión entre paciente y analista. A menudo son la marca de un espacio de transición que indica al analista lo que los pacientes necesitan en ese momento del proceso. Evelyn Granjon (1983) insistió en la articulación entre el sueño y la transferencia: “Los sueños y los relatos de los sueños son vectores de los fantasmas inconscientes contenidos en la mitología familiar, evolucionan en relación con la transferencia sobre los terapeutas, sobre el encuadre de la terapia familiar y sobre el grupo familia”. Actualmente, numerosos investigadores continúan capitalizando su obra, como su hija Marine Ruffiot que explora, entre otras cuestiones, la noción de preconsciente meta primario (concepto que había sido propuesto por André Ruffiot al final de su obra).
Muchos otros conceptos
Además de la “psique pura” del Aparato Psíquico Familiar (el cuerpo es individual, la psique grupal); André Ruffiot teorizó sobre el imago de los padres combinados, fijado y mortífero en el seno de la familia, continuando el trabajo de Melanie Klein sobre ese tema. Mostró que el imago de los padres combinados (del lado de Thanatos) es anti y ante escena primitiva (ella está del lado de Eros).
André Ruffiot propuso el concepto de fantasma de muerte colectivo, (1983) en las familias con grandes sufrimientos, apoyándose en el trabajo de Bergeret (1981), alrededor de la violencia fundamental. Nombró “el deseo inconsciente de muerte colectiva”, deseo cuya presencia señala la imposibilidad de volver a crear vivencias de simbiosis positivas de otra forma que muriendo juntos para encontrar la paz. Esos fantasmas de muerte colectiva y de defensas contra esos fantasmas por medio del sacrificio de uno de los miembros, muerte o suicidio, traducen la incapacidad de la familia para mentalizar la cuestión de la pérdida, (la pérdida de un hijo por ejemplo en una generación). Laurence Knera que ha trabajado con André Ruffiot especialmente en este tema, ha ilustrado esos fantasmas en su artículo Las Bodas negras del abandono (1998). Lo que ha producido un eco en el trabajo de Caillot y Decherf (1989) con respecto a la posición narcisista paradoxal y de su célebre frase: “Vivir juntos nos mata, separarnos es mortal”.
La transmisión psíquica en el análisis familiar, la biculturalidad, formaron parte igualmente del trabajo de André Ruffiot. A partir de 1989 se interesará a las “familias frente al sida” y a la “educación sexual en tiempos de sida”. Publicará artículos sobre este tema, abriendo la vía a una reflexión socio-ética. Con respecto a la terapia psicoanalítica de pareja y en colaboración con Jean Georges Lemaire en Francia, André Ruffiot se va a apoyar en la teoría del original Piera Castoriadis Aulagnier (1975). Muestra que en la pareja se trata de “incluir dos cuerpos en una psique única” y según él, “la pareja es una multitud de a dos”. El considera la crisis de pareja como una crisis de desamor (Ruffiot, 1987). André Ruffiot nos ha quitado en 2010, a los 83 años. Seguirá siendo uno de los más grandes fundadores y pioneros en las teorizaciones de la psicología familiar. Gracias a él, la terapia familiar psicoanalista ha podido definir su campo específico, que se diferencia de los otros. Y como dijo Alberto Eiguer (2011): “El transmitirá una fe y una pasión que han permitido que la TFP se convierta en lo que es hoy en día: dinámica, apta para encontrar nuevas aplicaciones suscitando investigaciones audaces, mundialmente reconocida y aplicada”. André Ruffiot (19272010) es el autor de numerosas obras y artículos que siguen siendo grandes referencias en la actualidad.
Bibliografía de André Ruffiot
Ruffiot A. (1979a), Thérapie psychanalytique de la famille. L’appareil psychique familial, thèse de doctorat de troisième cycle en psychologie, Université des sciences sociales de Grenoble.
Ruffiot A. (1979b), La thérapie familiale analytique: technique et théorie, Perspectives psychiatriques, 2, 71: 121-143.
Ruffiot A. (1980a), Technique analytique du traitement du groupe familial et ses applications en thérapie conjugale, Dialogue, 1: 3-22.
Ruffiot A. (1980b), Ventre maternel et fantasmes primaires, Génitif, 2, 6: 318.
Ruffiot A. (1980c), Fonction mythopoïétique de la famille. Mythe, fantasme, délire et leur genèse, Dialogue, 70: 3-19.
Ruffiot A. (1980d), Deux modèles en thérapie familiale: la conception systémique “interactionnelle” et la conception psychanalytique “groupaliste”, Génitif: 13-22.
Ruffiot A. (1981a), Appareil psychique familial et appareil psychique individuel. Hypothèse pour une onto-éco-genèse, Dialogue, 72: 3143.
Ruffiot A. (1981b), Le pouvoir absolu : l’imago des parents combinés ou l’anti-scène primitive, Dialogue, 73: 71-83.
Ruffiot A. (1981c), Le groupe-famille en analyse. L’appareil psychique familial, in Ruffiot A. et al., La Thérapie Familiale Psychanalytique, Paris, Dunod.
Ruffiot A. et al. (1981d), La thérapie familiale psychanalytique, Paris, Dunod, Coll. Inconscient et Culture.
Ruffiot A. (1982a), La thérapie familiale. Pourquoi? Pour qui?, Dialogue, 75: 7-15.
Ruffiot A. (1982b), Le holding onirique familial. La conception batesonienne du rêve. La fonction onirique en thérapie familiale psychanalytique, Génitif, 4, 1: 25-43.
Ruffiot A., Aubertel F. (1982c), Les mécanismes de défense familiaux, Dialogue, 75: 16-27.
Ruffiot A. (1983a), La thérapie familiale psychanalytique: un traitement efficace du terrain psychotique, Bulletin de psychologie, XXXVI, 360: 678-683.
Ruffiot A. (1983b), La thérapie familiale psychanalytique ou la réinscription du vécu originaire, Bulletin de psychologie, XXXVII, 363: 15-19.
Ruffiot A. (1983c), La thérapie familiale psychanalytique et ses développements, thèse pour le doctorat d’État ès-Lettres et Sciences humaines, Université de Grenoble II.
Ruffiot A. (1984), Le couple et l’amour: de l’originaire au groupal, in Eiguer et al., La thérapie psychanalytique du couple, Paris, Dunod.
Ruffiot A. (1985a), De la pensée opératoire au mythe familial, Dialogue, 88: 79-83.
Ruffiot A. (1985b), L’écoute psychanalytique et groupale, Gruppo, 1: 19-21.
Ruffiot A. (1985c), Originaire et imaginaire. Le souhait de mort collective en thérapie familiale psychanalytique, Gruppo, 1: 69-85.
Ruffiot A. (1985d), Freud et le problème de l’objet, Revue française de psychanalyse, 49, 2: 577-595.
Ruffiot A., Aubertel F. (1985e), La thérapie familiale en tant qu’organisateur de la conception de soin, Confrontations psychiatriques, 26: 95-112.
Ruffiot A. (1986a), La thérapie familiale psychanalytique ou la famille comme espace diagnostique et thérapeutique, Le journal des psychologues, 40: 30-37.
Ruffiot A. (1986 b), Pour un consensus autour d’une cure-type familiale, Gruppo, 2: 29-44.
Ruffiot A., Aubertel F. (1986c), La thérapie familiale psychanalytique en tant qu’organisateur de la conception de soin, Confrontations psychiatriques, 26: 1871-1872.
Ruffiot A. (1987a), La thérapie conjugale avec les enfants ou Je suis divorcé de mon papa, Dialogue, 95: 30-37.
Ruffiot A. (1987b), La passion du désamour, Dialogue, 96: 60-66.
Ruffiot A. (sous la direction de), (1987c), Psychologie du sida, approches psychanalytiques, psychosomatiques et socio-éthiques, Bruxelles, Mardaga.
Ruffiot A. (1988a), La théorie classique de la psychose et ses impasses, une perspective de compréhension groupale, Gruppo, 4: 87-113.
Ruffiot A., Patriarca G. (1988b), De l’illusion culturelle à l’individuation biculturelle en Thérapie Familiale Psychanalytique, in Yahyaoui A. et al., Troubles du langage et de la filiation chez le maghrébin de la deuxième génération, Grenoble, Édition La Pensée Sauvage.
Ruffiot A. (1989a), Mythe familial, Gruppo, 5: 149-153.
Ruffiot A. (1989b), Régression-rematuration en thérapie familiale psychanalytique, Psy-cli, Laboratoire de psychologie clinique et pathologique, Université des sciences sociales-Grenoble, 2: 37-49.
Ruffiot A., Ciavaldini A. (1989c), Le transfert matriciel et la censure thérapeutique primaire, Gruppo, 5: 75-84.
Ruffiot A., Knera L. (1989d), La famille éclatée-recomposée en thérapie familiale psychanalytique, Le journal des psychologues, 70: 28-30.
Ruffiot A. (1990), Holding onirique familial, Gruppo, 6: 118-121.
Ruffiot A. (1991a), Famille cherche scène primitive…tolérable, Gruppo, 7: 99-114.
Ruffiot A., Peeters M.-F. (1991b), Interfantasmatisation, Gruppo, 6: 142-147.
Ruffiot A. (1992), Régression – rematuration en thérapie familiale psychanalytique, in Bleandonu G., Filiations et Affiliations, Meyzieu, Césura Lyon Édition, coll. Psychologique, Groupes et Institutions.
Decherf G., Ruffiot A. (1996), Fonction alpha et fonction oméga, in Actes du colloque: On trompe un enfant, SFTFP et STFPIF, Paris.
Ruffiot A., Knera L. (1998a), Angustias de abandono en familia: deseo y odio de la différencia, (Angoisses d’abandon en famille: désir et haine de la différence), in Tramas, perspectiva psicoanalítica vincular, tomo IV, 4, Montevideo, Uruguay, agosto 1998, 17-28.
Ruffiot A., Knera L. (1998b), Naissance du Je; L’abandonnisme familial; et autres articles, in Doron R., Parot F. (sous la direction de), Dictionnaire de Psychologie, Paris, PUF.
Ruffiot A. (2000), (avec Blanchard Anne-Marie, Zuili Nadine, Decherf Gérard), Merci à Didier Anzieu, Le divan familial, 4: 156.