REVISTA N° 25 | AÑO 2021 / 2
RESEÑA DE LIBROS
Janine ha sido miembro fundador de la AIPPF. Ella participó en agosto 2006, en Montréal, Canadá al nacimiento de la Asociación internacional de Psicoanálisis de Pareja y Familia. Janine ha sido y seguirá siendo una figura que ha marcado mi construcción como sujeto y como profesional. Ella fue también en América Latina y en algunos países de Europa, una figura emblemática de muchas generaciones, por su coherencia científica, su ética y su valor innovador. Eso es lo que ella llamaba «romper paredes».
Psicoanalista crítica, representante de dos mundos: Francia, desde donde su familia emigró tras pasar por situaciones traumáticas tanto personales como sociales. Argentina, la que le permite completar su formación psicoanalítica, enriquecerse con el nuevo mundo y seguir nutriéndose en su país de origen, para convertirse en ciudadana del mundo.
Mi primer encuentro personal con Janine se produce en 1981, en un momento de crisis personal, saliendo del proceso de la dictadura en Argentina. Este encuentro inaugura una calidad vincular apoyada en un fondo común, dado por dos figuras centrales del psicoanálisis argentino: Marie Langer y Enrique Pichon Rivière. Y se continúa en Francia a través de nuestros encuentros anuales.
Pichon marca el comienzo de su interés por el psicoanálisis ya que ella trabaja para él como traductora de inglés. La calle Copérnico, donde Pichon Rivière y su esposa – la reconocida psicoanalista Arminda Aberastury – vivían en los años 50, se convierte en un laboratorio de encuentros entre artistas y psicoanalistas. Fue en ese periodo en que Janine entra a la facultad de medicina y realiza su formación como psicoanalista en la Asociación Psicoanalítica Argentina.
Su situación como emigrante le permitió comprender que hay historias que no se pueden compartir porque corresponden a escenarios vitales diferentes. Para ella, esta situación fue una gran oportunidad para encontrar la lógica de los dos países y para crear una teoría de lo incompartible de la subjetividad.
En sus comienzos, fue psicoanalista individual y de grupo, en una época en la que el grupo se consideraba un área impura del psicoanálisis. Siempre ha estado en la frontera entre las corrientes clásicas y marginales del psicoanálisis.
En la evolución de su trabajo, podemos reconocer diferentes etapas que van primero del psicoanálisis individual a los campos del psicoanálisis de grupo, de pareja y de familia. Entre (1956-1982) participó en la fundación de la Asociación de Psicoterapia de Grupo de Buenos Aires, con León Grinberg, Marie Langer y Emilio Rodrigué (1957) (1982); y dirigió la revista de la Asociación Argentina de Psicología y Psicoterapia de Grupo. Publica numerosos artículos sobre teoría y técnica de grupos y familias. Siempre está al lado de los analistas que introducen novedades teóricas y técnicas en la práctica psicoanalítica y escribe artículos sobre la formación del psicoanalista (1961, 1967)
Durante el período de la dictadura militar argentina (1976-1982) formó parte de la Resistencia en el Movimiento de Solidaridad en Salud Mental.
Podemos situar sus investigaciones sobre el psicoanálisis de pareja en paralelo con las de Isidoro Berenstein, del lado del psicoanálisis familiar, entre los años 1986-90.
En ese momento, teorizó la noción de «objeto único» en las relaciones de pareja. Según ella, esta hipótesis explica la tendencia a la monogamia, el amor, la fantasía de compartirlo todo y la transferencia hacia el analista.
La autora concibe el reproche y la incomprensión como síntomas característicos de la pareja, ambos vinculados al «objeto único». El reproche se produciría porque aparece el aspecto desconocido o extraño del otro. Considera que muchos fracasos del psicoanálisis individual se producen por mantener la ilusión de ser para el otro el «objeto único». Junto con Isidoro Berenstein, trabajan el concepto de “vincularidad,” el de los espacios de cada sujeto; entre lo singular de cada persona y el vínculo como resultado de lógicas heterogéneas.
Isidoro Berenstein y Janine Puget desarrollan el tema de las configuraciones de los vínculos, es decir, las diferentes formas que adoptan los vínculos, ya sea en el grupo, la pareja, la familia o la institución. Cada configuración requiere un dispositivo y un método de trabajo terapéutico específico.
La filosofía tiene una incidencia central en su producción científica. Fue durante cuatro décadas miembro de la ADEP, una institución formada por cinco analistas y cinco filósofos dirigida por Gregorio Klimovsky, matemático y filósofo de la ciencia que en 1986 recibió el premio de la Asociación Psicoanalítica Internacional por sus contribuciones a la epistemología del psicoanálisis. Trabajó durante diez años con el filósofo argentino Ignacio Lewkowicz.
En la introducción del libro “Faire avec l’ incertitude”, J. Puget (2020, p.20,28) propone una definición original de la noción de «vínculo». Hay que señalar que en la traducción al francés y al inglés este término (vínculo, en español) presenta dificultades, y no encontramos una traducción para «lo vincular» o para «vincularidad».
Lo que diferencia a la teoría del vínculo, elaborada por Isidoro Berenstein y por Janine Puget, es que, el vínculo obedece a la lógica de la “presentación” » y de los «efectos del presente» en el espacio terapéutico.
Janine Puget diría que habitar espacios sociales, familiares o personales nos pone en contacto con la frágil e inestable pertenencia subjetiva, familiar, de pareja o social. En la medida en que la pertenencia requiere trabajo inestable siempre existe el peligro de que la pertenencia a un vínculo pierda su fuerza.
Esta gran figura del psicoanálisis recibió el título de Honoris Causa de la Universidad de Buenos Aires (2014), lo que reafirmó su posición sobre la noción de diferencias radicales en los vínculos con el otro. Sostuvo cada vez con más fuerza que la diferencia radical, es imposible de cancelar y que se extiende y adquiere significados inesperados, a medida que se intensifican los encuentros.
Introduce una nueva concepción de la familia. Ser padre, madre, hijo, hija, hermano, hermana es un presupuesto ligado al concepto de familia. Sin embargo, no es posible predecir quién ocupará estos puestos, ya que depende de las posibilidades de cada uno. Se trata de ejercer las funciones de matriz-filial que sólo dependen de un «hazlo todo».
Otro eje fundamental de su trabajo se refiere a la interdisciplinariedad, ya que cuestiona la idea de fundamentos de origen único y propone la de orígenes y reconstrucciones plurales, que presuponen el reconocimiento de la relación de discontinuidad entre la representación y la presentación; entre lo esperado y lo imprevisible, entre los espacios y los tiempos. Otras ricas reflexiones sobre el lugar del psicoanálisis contemporáneo la llevaron a introducir hipótesis sobre una metapsicología social.
En la última etapa de su vida formó parte de un movimiento argentino que estudia la relación entre el psicoanálisis y el lazo social, llamado «Psicoanalistas Autoconvocados». En 2020 – 2021 nos acompaña hasta el final de su vida, en Rusia y España, con los seminarios online sobre las diferentes corrientes del psicoanálisis de los vínculos.
Para Janine habría dos lógicas diferentes en la construcción de la historia de un sujeto:
- La historia construida a partir del presente.
- El presente construido a partir de la historia.
Para esta autora, la gran cuestión sería el saber si el presente es una repetición de la historia o si es una nueva historia, posible de construir a través del presente. La historia infantil incidiría en el presente, pero no tendría una lógica causal.
Lo que se pondría en juego serían dos lógicas interferentes y heterólogas.
El vínculo se complejiza cuando se toma en cuenta el espacio social, cultural y político del presente, que no se puede explicar por el pasado.
Janine tuvo un papel protagónico en los tres últimos congresos de la AIPPF y su presencia fue remarcable por la vivacidad de su pensamiento, su posición de transmisora y su apertura a los otros.
Tu presencia sigue viva.
Referencias bibliográficas
Jaitin R. (2021). À propos de Janine Puget, Revue de Psychothérapie Psychanalytique de Groupe, 76, 216-219. doi: 10.3917/rppg.076.0203
Puget J (2020). Subjectivité sociale : habiter des espaces. In Faire avec l’incertitude. Investir le présent du sujet, pp. 92-95. Lyon: Chronique Sociale.