REVUE N° 26 | ANÉE 2022 / 1
Résumé
Pensées incertaines
Nous sommes habitués à penser au temps et à l’espace organisés en passé, présent et futur. Une temporalité linéaire et progressive. Un temps organisé de façon hégémonique, qui a institué des étapes à suivre pour l’évolution d’une vie humaine préconçue. Nous pouvons aujourd’hui penser à des temps pluriels, continus, discontinus, bifurqués. Pas comme les flashbacks et les flashfowards (sauts en avant et en arrière) que montre la science-fiction, mais des temps en mouvement. Des temps où l’on ne cherche pas à comparer le présent avec ce qui a déjà été vécu, ni à expliquer ce qui est vécu exclusivement à partir d’une causalité historique et/ou inconsciente. Comme le dit Michel Serres (2012), le «temps qui fait», au lieu du «temps qui passe». C’est le moment de l’événement. Des temps qui n’admettent pas les prédictions sur ce qui va se passer. Cette façon de vivre le temporel implique de passer par l’incertitude, de penser le futur en termes de devenir et non d’avenir. Ce temps en mouvement met à l’épreuve la détermination et fait place au hasard, qui se présente, ouvrant d’autres horizons. L’article soulève des questions sur la construction subjective et le lien contemporain.
Mots-clés: Pensée incertaines, temporalité, espaces, évenement.
Summary
Uncertain thoughts
We are used to thinking about time and space organized in past, present and future. A linear and progressive temporality. A time organized hegemonically, which instituted steps to follow for the evolution of a pre-designed human life. We can think today of plural, continuous, discontinuous, bifurcated times. Not like flashbacks and flashforwards that science fiction was showing, but times in motion. These are times in which no attempt is made to compare what is current with what has already been lived, nor to explain what is being lived exclusively from a historical and/or unconscious causality. As Michel Serres (2012) says, the “time that makes”, instead of the “time that passes”. It is the time of the event. Times that would not admit of predictions about what will happen. This way of living the temporal implies to transit the uncertainty, to think the future in key of becoming and not of future. This time in movement challenges determination and makes room for chance, what is presented opens up other horizons. The work raises questions about the subjective construction and contemporary linkage.
Keywords: Uncertain thoughts, temporality, spaces, event.
Resumen
Tiempos inciertos
Estamos habituados a pensar el tiempo y el espacio organizados en pasado, presente y futuro. Una temporalidad lineal y progresiva. Un tiempo organizado hegemónicamente, que instituyó pasos a seguir para la evolutiva de una vida humana pre-diseñada. Podemos pensar hoy en tiempos plurales, continuos, discontinuos, bifurcados. No como flashbacks y flashfowards (saltos hacia atrás o hacia delante) que fue mostrando la ciencia ficción, sino tiempos en movimiento. Tiempos en los que no se intenta ni comparar lo actual con lo ya vivido, ni explicar lo que se está viviendo exclusivamente desde una causalidad histórica y o inconciente. Como dice Michel Serres (2012), el «tiempo que hace», en lugar del «tiempo que pasa». Es el tiempo del acontecimiento. Tiempos que no admitirían predicciones sobre lo que va a suceder. Este modo de vivir lo temporal implica transitar la incertidumbre, pensar el por-venir en clave de devenir y no de futuro. Este tiempo en movimiento interpela a la determinación y hace lugar al azar, lo que se presenta, se abren otros horizontes. En el trabajo se plantean interrogantes sobre la construcción subjetiva y la vincularidad contemporánea.
Palabras clave: Pensamientos inciertos, temporalidad, espacios, evento.
ARTICLE
Introducción de Elizabeth Palacios
Es para mí un honor, a la vez que productora de nostalgia esta presentación, al comprobar una vez más su ausencia. Sonia Kleiman era una creadora incansable de ideas y formas de acercarse a la clínica desde la perspectiva “vincular”. Cuando me refiero a “lo vincular” estoy aludiendo a la producción teórico-técnica propia del Río de la Plata, en el caso de Sonia, a las producciones de Isidoro Berenstein y Janine Puget de las que ella se nutrió a lo largo de su andadura. Fue configurando un pensamiento propio generando propuestas para pensar lo que es ser niño, adolescente y participar en familias hoy. Sus desarrollos muestran, como ella promovía, abordajes integrales en los que hacía participar la transdisciplina, a fin de poder acercarse a la comprensión de los contextos y los efectos de producción subjetiva del mundo contemporáneo. Incluía formulaciones provenientes de otros campos del saber como la filosofía, las ciencias sociales y la antropología.
Quienes la conocieron podrán acordar conmigo que era una trabajadora incansable, comprometida con las nuevas generaciones de profesionales, con un discurso fresco y con una posibilidad que pocos pueden ostentar. Poseía la capacidad de comunicar su pensamiento y generar interés y estímulo en el receptor, fomentando entusiasmo y curiosidad por el objeto de conocimiento. Pude registrar este efecto sobre su audiencia en Zaragoza con gente joven comenzando su andadura, en el Hospital Italiano en Buenos Aires con colegas de múltiples países y en Madrid con psicoanalistas formados.
Su ámbito fundamental de trabajo clínico era el hospital además de su consulta privada. En el hospital desarrolló espacios de trabajo, de formación, configurando hipótesis clínicas a fin de poder revisar conceptos instituidos y repensar las prácticas clínicas en diversos encuadres de intervención vincular. Puso en tela de juicio y a prueba conceptos instituidos dentro de nuestro campo de intervención que pudiesen funcionar en nuestras mentes como dogmas, aparentemente incuestionables.
Publicó y trabajó en múltiples contextos, participando en cursos y formaciones de instituciones psicoanalíticas en multiplicidad de países de Latinoamérica, en España, Portugal, Inglaterra, Francia y Rusia entre otros. Presidió la Asociación Internacional de Psicoanálisis de Familia y Pareja, entre las diversas actividades para las que era convocada.
Como psicóloga, psicoanalista de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires y doctora en Salud Mental por la Universidad de Buenos Aires, participó en múltiples instancias hospitalarias. Generó en su institución hospitalaria espacios de supervisión, equipos de trabajo, ciclos online de formación como el de “Teleconferencias” de enorme difusión, los ciclos Webinar “Pensar en tiempos turbulentos” organizado con la Maestría en Vínculos, Familias y Diversidad Socio Cultural del Instituto Universitario del Hospital Italiano que ella dirigía. Coordinó también la especialidad en Familias con niños y adolescentes y el Comité de Ciencias sociales, humanas y de salud del Departamento de investigación de su hospital. Todo ello muestra su dedicación y su producción de lazos intra e interinstitucionales que han hecho de su labor piedra de toque para continuar a partir de sus interrogantes y respuestas, siempre provisionales, un camino para parte de nuestras búsquedas y reflexiones clínicas.
El artículo que a continuación podrán leer muestra su espíritu inquieto y emocionado frente a la realidad que intentaba comprender e investigar. Recordaremos a nuestra colega con un enorme cariño intentando reencontrarnos con su espíritu en cada uno de los resquicios que nuestra disciplina nos convoque a pensar, incorporando, en la medida de lo posible, lo novedoso. Nos queda de ella una profusa producción científica en forma de artículos y libros, y su espíritu subversivo, motivador para el pensamiento de nuevas propuestas que eviten repeticiones que empobrezcan nuestra creatividad.
Propongo un ejercicio que tiene como expectativa, pensar cómo estamos pensando. El tiempo transcurrido entre los envíos de resúmenes para un congreso y el vivido, da cuenta de esto que quiero proponer
La idea es conversar sobre pensamientos inciertos y contemporaneidad. Idea que se presentó en estos tiempos de perplejidad.
Inciertos, es sólo usar un juego de palabras para diferenciarlos de las certezas. Propongo en este sentido, interrogar a aquellos enunciados que quedan cristalizados y se repiten inercialmente
A su vez se aplican en las prácticas, intentando explicaciones, comprensiones ya guionadas, acerca de lo que está sucediendo, en las relaciones entre las personas, al mundo.
Enunciados que se continúan sin interrupción a través de los tiempos, obviando cambios radicales que se van produciendo.
Se los suele llamar saberes y cuestionarlos es una tarea ardua.
No se trata de sustituir teorías por otras teorías.
Pero hoy, nos hace falta llevar adelante una “fidelidad infiel” al decir de Derrida (1999, p.60) «no hay fidelidad posible para alguien que no pudiese ser infiel. A partir de la infidelidad posible, es cómo se logra la herencia, como se la asume, como se retoma y se refrenda la herencia para hacer que vaya a parar a otro sitio, que respire de otra forma.»
La idea es cómo producir transformaciones que permitan seguir pensando.
Estamos siendo otros, otro el planeta, otras las maneras de vivir.
Pensar desde lo incierto perturba, porque no sólo tiene que ver con no saber con seguridad que es lo que ocurre o va a ocurrir, sino porque implica la caída de las certezas.
A lo incierto, se lo trata de encapsular desesperadamente, predecirlo, explicarlo ya que el no saber, produce inquietud a veces estimuladora, a veces paralizante. El no saber requiere hacerle lugar a la ignorancia, que ha quedado devaluada en nuestra cultura.
Se puede enseñar lo que se ignora, dice Ranciere (1987), porque el enseñar no pasa por los conocimientos exclusivamente, sino por la experiencia, por la búsqueda, por la sensibilidad, por las resonancias.
Cuando los saberes se consolidan, tienen efecto de lo absoluto, el poder de las generalizaciones, la mirada desde un solo marco teórico, y o político, y/o religioso. Allí se instituye la certeza. La convicción inapelable.
Ese saber que da por supuesto algo, no puede considerar la singularidad de las situaciones, ya que se va a tratar por todos los medios de que la situación encaje con los modelos explicativos previos a lo que sucede.
Pensar desde lo incierto, es radicalmente diferente a aplicar un saber. No es un divagar, implica un pensamiento nómade, con otros, entre otros. Son pensamientos que interrogan, que no buscan desesperadamente solucionar algo, o encontrar la causa determinante, como si fueran objetivos por cumplir.
No es sencillo encontrar la potencia del no saber, lo que “puede” el no saber. Implica pensar desde la potencia y no desde un déficit.
El no saber, la fragilidad, la vulnerabilidad son pensados como estados devaluados en los ideales actuales, de los que rápidamente habría que huir, o reparar, o aplacar. A diferencia de los saberes como certezas, los pensamientos inciertos fluyen, van, vienen, retroceden, se adelantan, se hacen y deshacen.
Los Pensamientos «dibujan marchas y contramarchas, velocidades insospechadas» (De Brasi, 2007, p. 37).
El saber en cambio, se arroga la verdad, se apodera de lo que supuestamente explica, la universalización de lo que enuncia.
Los pensamientos, inciertos, requieren navegar sin estrellas que guíen, inventar lo que no está en la caja de herramientas.
Diferentes ideas hoy ponen en cuestionamiento la certeza teórica de un mundo oposicional y de las categorías antagónicas mundo interno, mundo externo, cuerpomente, naturaleza-cultura, que simplifican la complejidad.
Los saberes se apoyan en determinaciones absolutas, evaden el azar. Hoy los modos de vivir este momento del mundo han puesto en jaque los saberes, ha desafiado las vincularidades, ha creado otros modos de convivencia
Y esto nos requiere abriendo a lo incierto la posibilidad de pensar sin quedar atrapados en saberes que corresponden a otras circunstancias.
Los pensamientos inciertos requieren de interrogantes
Las preguntas tienen peso si nos afectan.
El interrogante avanza, transita, se retuerce, pero no está al servicio inmediato de resolver algo.
Los interrogantes pueden devenir diálogo y alejarse de los discursos ya instituidos. Una de las cuestiones a pensar, es cómo evitar la automatización, tanto teórica como clínica
Desde una perspectiva del pensamiento vincular, nos hemos preguntado: ¿Qué son los vínculos, ¿qué es el amor?, ¿qué es la alteridad? ¿qué es la diferencia?
Las preguntas que afectan se alejan de describir datos identitarios, edades, hombre, mujer, niño, padre, madre, porque no nos dicen nada más que eso. Denominaciones, clasificaciones psicopatológicas.
Designaciones de relaciones como funcionales, disfuncionales.
Bergson (1934) dice: «Tenemos la ilusión de que lo principal es discurrir sobre las cosas y que se las conoce cuanto más se habla de ellas. Pero sólo se comprende lo que puede reinventarse.»
Las preguntas permiten inventar otras preguntas. Lo importante es que las preguntas no sean sólo en enunciaciones encerradas en los signos de interrogación. Si las preguntas se transforman en buscar soluciones, los llamados tips tan de moda actual, se diluyen en su posibilidad de producir otras ideas. Actualmente se quieren dar tips para enfrentar a una situación inédita.
La búsqueda de soluciones lleva a la implementación de medidas y más medidas de acción, por ejemplo, en los hospitales, en los juzgados, en los tratamientos. En el momento mismo que las preguntas llevan a buscar soluciones, comenzamos a accionar entrampados en aplicar supuestos saberes y automatizaciones. No habría que confundir un hacer productivo, con la necesidad de buscar que algo se organice, se ordene, se discipline.
Me estoy refiriendo a la compulsión a resolver, antes siquiera de abrir el juego del pensar.
Los pensamientos inciertos a diferencia de este correr tras la solución, estimulan a los que consultan a, buscar, preguntar, ampliar, esperar, a ser protagonistas, a elegir, decidir, desear.
Pensar desde los verbos
Así nos introducimos en un pensar- hacer y darle un lugar especial a los verbos que permiten dislocar lo identitario: él, ella y hacer lugar a la producción desde el Entre.
Desde las relaciones.
Desde lo vincular se propone usar el gerundio, siendo, estando, viviendo.
Usar los verbos es mucho más que pensar solo en acciones.
Los verbos permiten la complejidad, el proceso, el de -sujetar. Permiten dislocar la adjudicación a una autoría.
Vivir, sufrir, afectar, ya no es el sustantivo, el adjetivo, que se dirigen al yo, del soy.
Los verbos, el hacer, se refieren a pensar cómo se produce una manera de ir estando, diciendo, corporizando y no quién lo hace, quién lo dice, sino cómo produce la escena vincular entre los que participan, en la que estamos implicados.
La autoría ya no es de cada yo, es de la multiplicidad allí, produciendo lo que ocurre en las relaciones.
Desde Lo vincular, venimos proponiendo hacer lugar a la incertidumbre en las relaciones. Dejar un espacio vacío para sostener la producción. Cercanías y distancias. La incertidumbre, es otra manera de pensar que se aleja de las determinaciones causales lineales, incluye lo azarosos, el acontecimiento.
Hoy se habla de incertidumbre diariamente, desde un uso mediático que tiene el poder de despojar de sentido lo que se dice.
Es necesario cuidar que los nuevos modos de pensar y las palabras no se banalicen, succionadas a través de discursos, como si todos quisiéramos decir lo mismo, o entendiéramos lo mismo.
Los conceptos, las palabras que se ponen de moda anulan la potencia de ese otro lenguaje, que intenta resistir a la depredación de ideas nuevas. Diría Deleuze: «crear es resistir». Resistir a que el lenguaje se suprima en su potencia. Me gustaría transmitir a través de estas palabras, lo que me parece que es interesante de un pensamiento incierto
Lo profano, lo irreverente, lo insurrecto
Estamos usualmente sujetados y en estado de sometimiento a discursos, que, como dice Suely Rolnik (2019) colonizan los cuerpos, la emocionalidad, los vínculos.
Ya no podríamos solo atribuir lo que sucede en unas vidas, a la psicopatología individual, y/o a los conflictos vinculares, sin pensar en encarnamiento en las subjetividades, de aquello que propone el discurso socio cultural epocal.
A este discurso hoy se lo denomina discurso colonial capitalista.
Significa que la subjetividad está producida, formateada, por múltiples representaciones que colonizan los cuerpos, los modos de vivir, el inconsciente. Estamos transitando por grandes mutaciones de las formas de vivir, de vincularnos, a su vez en simultáneo hay formas normativas instituidas que siguen vigentes y categorizan aquello que supuestamente es aceptable y designan, lo que es irreverente.
O sea, otras maneras de vivir, de sexualidad, de vincularidad, de filiaciones, que son pensadas como no respetables respecto de las normatizadas.
Esto requiere de un esfuerzo particular para seguir pensando y sorprendernos. Tomo la propuesta de lo que Suely Rolnik, sobre la necesidad de la descolonización del inconsciente.
Estamos atiborrados de Patriarcado, de un pensar la diferencia sólo como diferencia sexual, de una versión de la historia como determinante, de los tiempos alineados en pasado, presente y futuro, de la paródica diversidad que se difunde como cualquier otro producto de consumo.
¿Podríamos pensar en los avances en Psicoanálisis de Pareja y Familia, en el mundo actual, sin incluir una revisión acerca de los modos de pensar la sexualidad, lo vigente o no de la monogamia, otros modos de subjetivación que no sean exclusivos de lo familiar, otras vicisitudes que las edípicas, otros modos de construir vínculos? Descolonizar, desmalezar lo que puebla el inconsciente colonizado con el familiarismo como híper explicador de lo que sucede emocionalmente a los pacientes o en general, cuestionar las determinaciones y repeticiones inalterables, al concepto de deseo solo como falta, la propuesta continua de elaborar duelos, a la reverencia a las culpas judeo – cristianas asfixiantes.
Para poder hacer esto es que se requieren pensamientos inciertos que no se apoyen en las enunciaciones ya instituidas que daban cuenta de otras épocas. El inconsciente puede ser tan o más colonizado como lo han sido los pueblos. Descolonizar el inconsciente implica una « atención permanente a nuestras fuerzas reactivas, esas que, anidadas en lo más profundo de nuestras subjetividades, tuercen nuestro deseo para acomodarlo a los requerimientos del régimen de acumulación y nos lleva a reproducir el statu quo en nuestras relaciones y gestos cotidianos… cuestionar no ya lo que pensamos, sino cómo pensamos, qué mecanismos producen el pensamiento; recuperar la fuerza vital, capacidad de transformación que es el mismo destino ético de la vida » (Rolnik, 2019, p.143).
Quizás la idea de pensamientos inciertos compagine con este trabajo, quizás profane como dice Agamben (2005), quizás llame a lo insurrecto, este trabajo, que no se puede hacer a solas, es con otros, entre otros, en lo común del vivir.
…para que pueda ser he de ser otro, salir de mí, buscarme entre los otros, los otros que no son si yo no existo, los otros que me dan plena existencia, no soy, no hay yo, siempre somos nosotros, la vida es otra, siempre allá, más lejos, fuera de ti, de mí, siempre horizonte…
Octavio Paz, Piedra de sol (1957)
Bibliografía
Agamben, G. (2005). Profanazioni. Roma: Nottetempo.
Bergson, H. (1934). El pensamiento y lo moviente. Buenos Aires: Cactus, 2013.
De Brasi, J.C. (2007). La problemática de la subjetividad. Buenos Aires: EpbcnMesa.
Derrida, J. (1999). Sur parole. Paris : Éditions de l’Aube.
Paz, O. (1957). Libertad bajo palabra. México: Fondo de Cultura Económica.
Rancière, J. (1987). Le maître ignorant. Cinq leçons sur l’émancipation intellectuelle. Paris: Fayard.
Rolnik, S. (2019). Esferas de la insurrección. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Tinta Limón.
Serres, M. (2012). Temps de crises. Paris: Le Pommier.