REVUE N° 28 | ANÉE 2023 / 1
NOTES DE LECTURE
Osvaldo Bodni
La delegación del poder en le Envejecimiento. Teoría del legado y de Buenos Aires, Editorial Psicolibro ediciones. Colección Psicoanálisis.
1° edición, 2013
Reseña de libro de Irma Morosini
El libro de Osvaldo Bodni consta de trece capítulos y la bibliografía. Inicia con una breve introducción sobre el vivir en un mundo que envejece. David Maldavsky redacta el prólogo en el que muestra la trayectoria institucional y académica del autor, a la vez que analiza los conceptos centrales y sus argumentaciones revisando los estudios de caso tanto en la clínica individual como grupal.
A lo largo de los capítulos O. Bodni perfila la necesidad de transmitir, de legar a sus lectores parte de su conocimiento y dar testimonio de sus aprendizajes y experiencia clínica.
Me convoca su noción de anfitrión como el que al recibir y atender a los otros desde “su lugar y posición” también recibe una transmisión. Los eslabones forman así una cadena que requiere apropiar el proyecto. El relato impregna y exige su propia versión, desde allí renueva.
En la Introducción, Bodni relaciona la labor personal con la de los pioneros como iniciadores de una búsqueda por ampliar conocimientos y así, la recepción – transmisión en su constante dialéctica, cumple su misión de realizar el trabajo de la cultura. Narración versus olvido para construir memoria.
El saber amasado con tiempo de experiencias y aprendizajes confronta con “los saberes” rápidos y superficiales donde la repetición se impone sin el necesario trabajo de investigación y verificación de sus fuentes y con la pronta caída y sustitución de unos conocimientos por otros.
Bodni alude al efecto Zeigarnik citado por Pichon – Rivière y por José Bleger (1963) que destaca lo que queda inconcluso como motivación para recordar y proseguir movido por la incomodidad de la incertidumbre. La metapsicología del deseo, el sentido del legado, las renuncias e imposiciones internas y externas son parte del contenido que se despliega desde el inicio del libro.
Desde el primer capítulo y en los doce subsiguientes, Bodni expone lo pulsional que opera en la transmisión transgeneracional a lo que le reconoce un anclaje genético, una necesidad de transmitir y permanecer en la memoria de quienes lo prosigan, lo que equivale a proyectar un futuro, que, aunque se perciba en tiempo acotado, significa un estar en la historia. Aceptar la castración como proceso natural es necesario, pero también lo es sostener una posición que distinga cada subjetividad. Los procesos de transferencia, recibir y remitir lo legado por transmisión y herencia pone en cuestión lo intersubjetivo tal como lo plantea Kaës (1996) en su libro El grupo y el sujeto del grupo. Bodni retoma ese planteo del sujeto que adviene a un grupo que le prepara un lugar y al cual se integra mediante un trabajo propio. El acto de transmitir y legar es consecutivo con el de recibir y heredar. Se trata de un proceso activo.
El autor revisa las diferencias entre el doble y el semejante, entre el antepasado y el supuesto sucesor en relación con la fantasía de inmortalidad y con las caídas por lo inacabado, lo no logrado, los que pueden considerarse “desvíos” de las matrices identificatorias de la operatoria de la transformación. El temor a la desaparición del sentido de ser ante la fluidez de los cambios y el sucederse velozmente debilitan la solidez de la experiencia aquilatada en el esfuerzo y a lo largo del tiempo. Entre generaciones por vía del lenguaje y por intermediarios que pueden ser actos y objetos (testamento, cosas con significado, etc.) circula un mensaje que tiende a grabar en la memoria para no quedar afuera de los otros.
Ser el mayor o el más viejo en una familia instala en un lugar que desmiente la fijeza e inmovilidad del tiempo y conduce a aceptar la inevitable castración y a frenar el “deseo de alienar” (Aulagnier, 1975) al otro en tanto doble designado. Designar al sucesor moviliza el núcleo aglutinado (Bleger, 1963-1967) con sus contenidos arcaicos.
D. Liberman (1970) es nombrado a lo largo del libro con referencia a los cambios que se operan en la persona a medida que se modifican sus funciones yoicas y el sentido de realidad según los momentos del ciclo vital. Se recorre de una preparación desde la dependencia a una gradual independencia y protagonismo para ir cediendo lugares centralizando la transmisión como objetivo y esperando la recepción del afecto y el reconocimiento.
Más adelante reflexiona sobre la posición subjetiva mencionando conceptos claves de J. Bleger (1963, 1967) acerca de la indiferenciación que persiste como fondo, con su tendencia a la simbiosis, lo que denomina “núcleo aglutinado” y que esta base se moviliza ante la designación del sucesor.
El poder interjuega con la dependencia y así el autor muestra circunstancias en que se confrontan las generaciones por ocupar posiciones derivando en situaciones de micropoder, algunas se definen en acuerdo a las fijaciones libidinales (Liberman), articulación defensiva, negociaciones, aceptación, discusión o rechazo de los mandatos en los que el poder del antecesor puede ser suprimido, sustraído o sustituido.
El autor intercala a lo largo de su obra y como ejemplificación didáctica de los conceptos teóricos, tanto material clínico como breves síntesis de obras de teatro, textos y películas y finaliza el texto con el método algorítmico de David Maldavsky con el que analiza las diversas erogeneidades del lenguaje y componentes paraverbales en investigación de caso único.